En la modalidad más rápida de cargado la batería, que utiliza películas de grafeno en su ánodo y aluminio metálico en su cátodo, es capaz de estar plenamente operativa en tan sólo 1,1 segundos.

El aparato puede funcionar a temperaturas extremas (entre 40 grados bajo cero y 120 grados sobre cero) y no explota al ser expuesto al fuego.

El profesor Gao señaló que el desarrollo de esta batería para su comercialización todavía tiene un largo camino que recorrer, ya que su coste por ahora sería muy elevado y no puede competir con las tradicionales baterías de litio en cuanto a densidad energética (cantidad que puede almacenar en relación con su tamaño).

Otros detalles de la invención se han publicado en la revista especializada estadounidense Science Advances. EFE