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Reboses de aguas servidas fluyen de una red nueva

José Luis Santana no comprende por qué hay reboses de aguas servidas en la avenida 108, si este año se instaló un nuevo alcantarillado.

Lunes 25 Diciembre 2017 | 04:00

En su lógica, aquello no debería ocurrir porque, se supone, se mejoró la red sanitaria justo para evitar ese problema. Y como no ha encontrado una explicación, cree que en el lugar se hizo un mal trabajo.   

Santana, habitante de la zona, aseguró que los reboses de aguas negras ocurren a diario y desde hace seis meses. Aquello le ha hecho creer en el refrán de que el remedio fue peor que la enfermedad. 
Luis Chávez, rector del colegio San José, indicó que la contaminación ambiental está afectando la salud de los 1.300 alumnos que se educan en el plantel, así como también a los 100 trabajadores que conforman el personal docente y administrativo. 
Para él se trata de un hecho preocupante en la zona porque, agregó, podría desencadenar enfermedades. Por esa razón solicitó mediante oficios al Municipio de Manta y al Distrito de Salud que intervengan para buscar una solución a este problema. 
Chávez también intentó pedir a la empresa que por ahora trabaja en la avenida, que “de manera inmediata solucione el inconveniente que pone en riesgo la salud de toda la comunidad”. 
Pero la empresa ni siquiera recibió el documento en el que se le hacía el pedido, aseguró el rector.
DOS VERSIOINES. El problema ambiental involucra a dos empresas: Consorcio Tarqui y Priza. 
La primera es privada y fue responsable de instalar el nuevo alcantarillado en esa y otras arterias de las parroquias Los Esteros y Tarqui.  
Priza es gubernamental y encargada de soterrar los cables eléctricos y telefónicos en 19 cuadras de Tarqui, donde está incluida parte de la avenida 108. 
Ambas obras forman parte de la reconstrucción de Manta después del terremoto del 2016. 
La contaminación recorre cinco cuadras: desde la calle 105 hasta la 110. 
Consorcio Tarqui reconoció el problema aceptando que no todas las redes sanitarias en esa avenida están conectadas, razón por la cual hay reboses. Pero se justifica explicando que en septiembre ellos suspendieron los trabajos para que Priza labore en el sitio hasta el 15 de noviembre, y luego de eso retomarlos. 
El objetivo del convenio en ese momento era no tener que hacer un doble trabajo abriendo y cerrando la vía, como sí ocurrió en otros tramos. “Pero Priza no ha cumplido con el tiempo. Mientras esa empresa no concluya sus trabajos de soterramiento no podemos nosotros (Consorcio Tarqui) reiniciar los trabajos sanitarios”, manifestó Jorge Mórtola, representante de la empresa privada. 
Mórtola también presume que Priza ha ocasionado daños a la red sanitaria y que por eso los reboses aumentan cada vez más. 
FISCALIZACIÓN. Del otro lado, el fiscalizador de Priza, Jorge Andrade, adelantó que harán una exploración al suelo de la avenida para verificar si la contaminación escapa por supuestos daños hechos por ellos, o porque Consorcio Tarqui hizo un mal trabajo y dejó mal instaladas las tuberías. 
Mientras ambas empresas se apuntan con el dedo, las descargas no paran.
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