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Hacemos más como periodistas
Hacemos más como periodistas
Por: Carlos Vera Rodríguez

Miércoles 20 Diciembre 2017 | 04:00

“Dios no le concedió el plazo que él quería para renunciar. Lo llamó antes”

Esto no lo supo nunca nadie, salvo alguien que también está muerto: Jorge Bello, periodista. Y se lo conté porque también fue mi dilema en febrero del 2009; al recordar una de las lecciones de Pedro, lo resolví. En parte por eso estoy vivo todavía…

1992: ganamos las elecciones con Sixto Durán-Ballén. Lo digo en plural porque por 1ra vez fui parte de una campaña presidencial desde adentro. Dirigí el área de comunicaciones bajo la batuta de un estratega genial, Mario Elgarresta, y la dirección de un operador político ducho tras impulsar el ascenso de 2 líderes populares: Jaime Roldós y Abdalá Bucaram.
Al presidente electo Durán-Ballén se le ocurrió la buena idea de crear el Ministerio de Información y Turismo para replicar la experiencia de lo hecho en España por Manuel Fraga Iribarne: informar al mundo de las bondades del país para catapultar el turismo. 
Le pareció ideal Pedro Zambrano Izaguirre. Le pregunté por qué: “mire Carlos, Pedrito es un hombre de mundo; bien conectado con medios de comunicación nacionales; tiene una agencia de viajes que le permite entender la mecánica del turismo: es inteligente, hábil y recto. No representa conflicto de intereses con las empresas que tiene, pues no son de las mayores del sector; y es el ministro manabita que quiero tener en mi gabinete”
Pedro discrepaba, en especial con esta última razón; el creía, en efecto, que Manabí debía tener al menos un ministro en el gabinete de Sixto, pero debía ser de Obras Públicas o de Agricultura, ya sea por las carencias en lo primero o su potencial, en lo segundo. Se resistió.
-Ese es el problema nuestro de siempre, Pedro, le dije; nos quedamos en criticar y proponer desde el periodismo, pero aparecemos incapaces de hacer. Y cuando se nos ofrece una oportunidad de probar lo contrario, ¡usted se niega!
-Yo no he dejado de ser montubio, Carlos. Me jala mi tierra. No me veo allá con sus amigos encopetados de Quito y Guayaquil; en medio además de esa enorme burocracia. Me toca comenzar un Ministerio desde cero…
Nos activamos entonces algunos de sus amigos en insistirle: Carlos Pérez Perasso, también periodista, director de El Universo y Alberto Dahik, vicepresidente electo.
Pedro aceptó. Y más tardó en posesionarse que en decepcionarse. Los motivos fueron múltiples, pero uno en especial lo contrariaba.
“Dahik me insiste a cada rato en que use mis buenas relaciones con los medios para aplacar las críticas al Gobierno o conseguir notas favorables. ¡Yo no soy relacionista público, Carlos Vera! Para esa tarea escogí a un buen profesional que Ud. me recomendó como Subsecretario de Información: Jimmy Jairala”.
Su contrariedad era profunda. Abandonó el Gobierno la idea del ministerio bajo la cual se lo convenció y pretendía ahora convertirlo en un ente de propaganda. Encima de eso, a Pedro le tocó poner de su plata – sí, mientras ahora otros sacan de la ajena– para equipar las viejas oficinas de DITURIS con computadores gracias a sus contactos con IBM, pues fue pionero en instalar sala de redacción electrónica en el Ecuador.
“Pasado el Año Nuevo me voy; ya está el proyecto de la nueva Ley de Turismo y dejo abierto el camino. Créame que termino el día frustrado y esto afecta incluso mi relación con Rita. Yo se lo dije a usted: sirvo más desde el periodismo”, me contó Pedro en nuestra última conversación.
Dios no le concedió el plazo que él quería para renunciar. Lo llamó antes. Se me quedó grabada con sangre y lágrimas su lección. En febrero del 2009 tomé su misma decisión, tras evaluar durante una semana los soportes para aceptar la candidatura presidencial. 
Algún día debe inventariarse todo lo que periodistas críticos y honestos hacen para construir tanta obra que se reclama o impulsa y ahorrar, con tanto atraco que se impide, reduce o castiga.
Los auténticos periodistas hacemos más desde el periodismo.
Es falso que la palabra se la lleve el viento; edifica todos los días, aunque no salgamos en la foto al poner la 1ra piedra ni cortar la cinta!
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