Dicho sector es muy visitado por los turistas nacionales y extranjeros, informa una nota de diario La Hora.

 

El lugar. El barrio Obrero tiene un sendero ecológico de 2,5 kilómetros de camino: El malecón Río Boayaku.  Se llama así por las boas (serpientes) que se presume hay en el río, y yaku que quiere decir río en kichwa. 

En este lugar también es posible disfrutar de la gastronomía saboreando los famosos volqueteros o el maito de pescado. 

En el malecón existen aproximadamente 20 artesanos, quienes promocionan diversos productos propios del lugar; unos son originarios de las etnias indígenas de la Amazonía. 

 

Autóctono. Pakcha Villegas se ha dedicado por siete años a confeccionar artesanías con materiales propios de la región, como semillas de shiguango, huayruro, fibras naturales, bambú, chonta, lianas, entre otros. 

Con estos elabora collares y pulseras. Además extrae de la corteza de los árboles sangre de drago y aceite de ungurahua.

Pakcha es originaria de la comunidad Apapa, donde viven de la agricultura, la caza y la pesca. Ella cuenta que cuando llegan los turistas a visitarlos aprovechan para exponer sobre la medicina natural y las artesanías.  “Hemos tenido bastante acogida, más que todo de gente extranjera que ama estas cosas, que le gusta. Hoy en día las personas optan por lo natural, que es lo que sacamos a exponer. Se trata de productos amazónicos”, manifiesta Pakcha.

Pero ella no es la única, hay más exponentes del arte y la cultura.

 

Artesanías. Olimpia Vargas, de 61 años, empezó a realizar artesanías desde que tuvo 25 Su descendencia es zápara por parte de su abuelo y kichwa por su abuela. Es de la comunidad Unión Base, en la cual mantienen sus tradiciones, como la toma de guayusa. 

Elabora artesanías en semilla. Estas sirven para hacer joyas, trajes para danza y collares en mullos, cuyos precios van desde los $5 hasta los $30.

Los solitarios son muy requer2idos por los visitantes. Son aretes hechos con plumas de algunas aves típicas como el papagayo.   “Por medio de la artesanía se demuestra que esto es algo vivo, porque nuestros antepasados las creaban y hasta ahora se siguen rescatando las tradiciones”, indica Olimpia.