Ayer, aproximadamente a las 16h45, el humo que salía del sector conocido como La Subidita al Cielo, de la parroquia Francisco Pacheco, alarmó a los vecinos.
Al poco tiempo tres viviendas de madera y caña fueron consumidas por el fuego. La desesperación y el humo convirtieron la zona en un lugar de lamentos y miedo. El calor era “infernal”, recalcaron los vecinos.
Las llamas amenazaban con llegar a otras propiedades.
Bomberos de las parroquias San Pablo, Picoazá y Andrés de Vera, así como del centro de Portoviejo llegaron para atender la emergencia.
La gran nube de humo que envolvía la zona impidió a muchos moradores ayudar a apagar las llamas.
Los vecinos fueron los primeros en tratar de apagar el fuego con tachos con agua, pero poco pudieron hacer.
AFECTADOS. Cuando los bomberos llegaron evitaron que el fuego afectara a otras casas.
Mientras los rescatistas luchaban por evitar que el fuego se expandiera, detrás de ellos con un tacho de plástico y tratando de salvar algo estaba Francisco Sánchez, de 46 años.
Su vivienda fue la primera en incendiarse, dijeron los moradores.
Todo por lo que había luchado Sánchez en su vida estaba reducido a cenizas. El hombre quedó devastado. Se fue a un rincón a llorar desconsoladamente. “Todo el esfuerzo de mi vida lo he perdido. Solo trabajo como cuidador de carros y me ha costado tanto obtener cada cosita. Te hace pedazos ver cómo se destruye tu casa y no poder hacer nada”, dijo llorando.
De los colchones solo quedaron los resortes, de los televisores pedazos de plásticos derretidos y de las lavadoras y refrigeradoras solo latas chamuscadas. La ropa, dinero, muebles y otras pertenencias quedaron reducidos a cenizas, nada se salvó.
Aracely Quimís Catagua, quien habita en otra de las casas quemadas, comentó que allí habitaban 15 personas (que forman tres familias) y no tienen dónde dormir.
Entre las tres viviendas afectadas hay al menos 20 personas y cinco familias damnificadas.
Ella dijo que esperan que las autoridades lleguen con víveres, pero sobre todo les ayuden a solucionar el problema de la vivienda, pues necesitan “un techo donde refugiarse”.
MALA SUERTE. Los moradores indicaron que al parecer la tragedia persigue a estas familias, pues el 31 de diciembre del 2016 también se les quemaron sus casas y como no obtuvieron ayuda para tener una nueva vivienda de ladrillo y cemento optaron por volver a levantar casas de caña en el mismo sector.
Los miembros del Cuerpo de Bomberos indicaron que las causas del incendio aún son investigadas.
Richard Hurtado, presidente del Consejo Barrial El Progreso de Portoviejo, dijo que es muy lamentable lo ocurrido y espera que el municipio, el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y otras entidades les brinden ayuda a los afectados, pero también se debe pedir una solución definitiva, pues son constantes los incendios en este sector.
“Hace unos cuatro meses se quemó una casa más abajo y a fin de año las mismas casas afectadas ahora también se quemaron. Se debe hacer algo ya”, expresó Hurtado.
OTRO INCENDIO. Ayer también -aproximadamente a las 13h10- se suscitó un incendio en una vivienda en la calle Francisco de P. Moreira de la parroquia San Pablo, a una cuadra del Cuerpo de Bomberos del sector.
María Gómez, propietaria de la casa de dos pisos de construcción mixta, detalló que al parecer el incendio se dio por un cortocircuito en uno de los cuartos de la parte de atrás y de allí se extendió al segundo piso.
La mujer indicó que cuando se percataron del hecho ya había mucho fuego y tuvieron que pedir auxilio a los bomberos. “Por suerte los bomberos estaban cerca y llegaron rápido, pero igual se quemaron dos cuartos y la cocina que está en la parte alta”, dijo.
A causa del fuego quedaron destruidos muebles, camas, colchones, televisores, ropa y otros objetos de valor.