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Pareja
Los extremos pueden dañar una relación

En las conversaciones cotidianas es común escuchar a hombres y mujeres hablar de cuál es el sexo fuerte y por qué.

Martes 21 Noviembre 2017 | 04:00

 Sin embargo, hay quienes  pretenden imponer su carácter o ‘reglas’ por el hecho de pertenecer a un género u otro.

“Esto representa desconocimiento o una total malinterpretación del significado de machismo o feminismo”, dice Alejandra Álava, psicóloga.
La profesional argumenta que estos términos suelen ser llevados al punto de la conveniencia y no a lo que realmente deberían representar. “La sociedad nos establece patrones de comportamiento desde que nacemos. Un niño debe usar estos colores o jugar con estas cosas, mientras que una niña no puede ni pensar en hacer lo que a un niño sí se le deja hacer y viceversa”, menciona Álava.
Esto como consecuencia, añade la profesional, va creando ciertas conductas que “con una mala guía pueden terminar en conceptos extremos”.
 
Cambios. Vanessa Macías, psicóloga clínica, comenta que los términos machismo y feminismo han ido popularizándose con el paso del tiempo. 
“Resulta que al machismo se lo vincula con la violencia de un hombre hacia una mujer de cualquier manera, es decir, de forma verbal, física o psicológica. Sin embargo, al feminismo se lo ha relacionado con una corriente filosófica que busca defender los derechos femeninos y luchar contra la agresión machista. Todo esto es relativo e incluso puede cambiar, debido a que a veces bajo el término de feminismo muchas mujeres se escudan para agredir a los hombres”, indica Macías.
Para evitar que la relación de pareja se vuelva tóxica o no se pueda llevar debido a las diferencias extremas entre hombres y mujeres, lo mejor es lograr un equilibrio, según lo mencionado por ambas profesionales.
“Necesitamos entender que somos iguales y en la pareja tanto él como ella tienen el derecho de progresar y surgir. Es deber de mi pareja hacerme sentir bien, motivarme y no tratar de limitarme”, explica Macías.
“Parte del equilibrio es entender que somos apoyo mutuo, es decir, en caso de vivir juntos, la organización del hogar, el cuidado de los hijos, las labores domésticas son cuestiones de ambos. Los dos debemos hacerlo. En caso de que uno trabaje fuera y el otro se dedique al hogar, pues es comprensible que quien se queda en casa se encargue de las cuestiones del hogar, pero en caso de que ambos trabajen, las cosas de la casa también son de los dos”, agrega Álava.
 
Una guía. En la enseñanza de los hijos sobre valores, derechos y respeto a los demás, la tarea también es de ambos. 
“Si hemos tenido que luchar para quitarnos de la cabeza conceptos retrógrados como que el hombre trabaja y la mujer cocina, o que la mujer cuida a los hijos mientras el hombre sale, es necesario que no repitamos esos errores con nuestros hijos”, menciona Macías.
Para esta profesional, es necesario guiar a los hijos con el ejemplo. “Los niños receptan a la perfección lo que ven en su entorno, así que la mejor manera de enseñarles igualdad es mostrando que ésta se practica en la casa”, argumenta. 
Así, se plantean algunas pautas que pueden ser útiles para terminar con los errores que se pueden estar cometiendo.
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