Flor Pinargote es la maestra responsable del proyecto de lombricultura. Ella trabaja con estudiantes del cuarto año de la carrera de Agropecuaria.

El proyecto inició y están a un mes de ver sus resultados finales con la obtención del humus, dijo.

La maestra explicó que ellos aprovechan el estiércol del ganado que tienen en la misma institución.

“Aprovechar el estiércol permite que no se contamine el medio ambiente, y después del proceso ayuda al desarrollo de las plantas”, sostuvo.

 

Humus. El trabajo para obtener el humus comienza al separar las lombrices en grupos de mil, en un espacio rectangular hecho de cemento.

Las lombrices son alimentadas con sobrantes de lechuga, col y pepino que se recoge en los mercados, indicó. 

También se alimentan del mismo estiércol del ganado, pero después de lavarlo por cuatro o cinco ocasiones, explicó.

“Cuando se cumpla la etapa, las lombrices serán retiradas y el material será cernido y puesto en costales para su venta”, indicó la maestra.

 

Cuidados. Las lombrices necesitan un cuidado muy especial, deben estar en un ambiente fresco y cuidarlas de las hormigas, porque de ser invadidas las matarían a todas, indicó.

En lo que va del proyecto la participación de los estudiantes ha sido destacada, y más allá de cumplir una nota, lo importante es el aprendizaje que ellos obtengan, manifestó.

La intención del proyecto, que lo lidera la Unidad de Producción, es que el humus sirva no solo para los cultivos de la institución, sino que los agricultores de la zona se beneficien.

“Queremos que los agricultores de nuestro cantón, que es netamente agrícola, apliquen el humus que procesan nuestros estudiantes y de a poco vayan alejándose de los químicos”, 

dijo. 

Dentro de un mes se estarían viendo los resultados del proyecto que concentra a unas 10 mil lombrices.