Eso fue lo que se comprobó ayer en el simulacro de terremoto con peligro de tsunami, realizado por el municipio en coordinación con el ECU-911 y los organismos de seguridad en esa parroquia, en Riochico y en Portoviejo. 

En enero de este año hubo otro simulacro y tampoco se escuchó la alerta, recordaron varios ciudadanos y la presidenta del GAD Parroquial de Crucita, Lorena Chóez, quien pidió la revisión de los equipos y la instalación de más alertas en sitios de mayor concentración ciudadana, como el malecón.

SIMULACRO. Como estaba previsto, el simulacro se realizó a las 11h00 en instituciones, dos centros comerciales y una universidad en la ciudad; en entidades y con la población en Crucita y Riochico.

A las 11h00 se simuló un terremoto de magnitud 8,4 en Esmeraldas que generó peligro de tsunami en las costas de Ecuador. A las 11h08 desde Quito activaron las alertas en Crucita, donde no se escuchó, salvo en los sectores cercanos. Ciudadanos que viven en las rutas de evacuación hacia La Loma, que es el punto de encuentro, cumplieron el protocolo “porque sabíamos del simulacro, pero no porque escuchamos la alarma”, indicaron Ana Mendoza y Érika Rodríguez.

A las 11h20 los alumnos de la escuela Juan Benigno Vela salieron formados, acompañados por docentes y militares hacia La Loma y pusieron en práctica lo que les enseñan los últimos viernes de cada mes: protegerse bajo las bancas, salir al patio con las maestras, formar círculos y luego buscar las rutas de evacuación, señaló la profesora Rossana Rodríguez. 

La docente dijo que se necesita que en el punto de encuentro se construya alguna estructura con baterías sanitarias, para brindar condiciones en emergencias.

REACCIÓN. Dalton Andrade, director de Riesgos del municipio, dijo que se evidenció la poca colaboración ciudadana, “a pesar que vivimos un terremoto de magnitud 7,8”.

Sobre las alertas señaló  que falta repotenciarlas y tres en Crucita son insuficientes ¿Qué pasa en un feriado, cuando hay más ruido y no se escuche la alarma?, se preguntó.

ALERTA. Silvio Larrea, director del ECU-911, dijo que las tres alertas funcionaron en las pruebas, pero “tal vez por el viento nos movieron” y el sonido fue menor en los 3 sitios.

Indicó que hace meses generaron un informe sobre la alerta que está al ingreso de Crucita, que será reubicada en un sitio bajo e instalarán otra que sacarán de otra población donde se puede cubrir con menos sirenas. Aunque, señaló, “nos deja tranquilos la activación que se hizo sin problemas desde Quito”.

Y alertó sobre La Boca, que tardó media hora en evacuar. Allí es alto el riesgo ante un tsunami porque no hay zonas altas cercanas.

TAREA. El balance que hace Andrade es que “hubo un 80% de respuesta en las instituciones y un 50% en las comunidades”. 

“Dicen que se debió hacer en otra hora, pero estos eventos no tienen horario,  pueden ocurrir en el día, noche, feriado. No tenemos ni siquiera una mochila de emergencia, nos falta preparación, el 7,8 no nos enseñó nada”, acotó.