Cuando uno se asoma al patio de la casa de Manuel Vicente Cedeño, lo que ve es una laguna de aguas verdes donde prolifera toda clase de insectos.

“Hemos cogido cinco culebras, hay ratas, los moscos pican todo el día”, dijo este padre de familia cuyo hijo de un año de edad enfermó de dengue.

En invierno, cuando la zona se inundó, Cedeño tuvo que hacer un canal para que el agua fluyera al otro lado, frente a su casa, donde hay otro terreno con aguas estancadas.

En el callejón Sin Nombre y calle 2 de Septiembre la situación se ha vuelto insostenible. 

Lorena Falcones indicó que han ido a entidades y “solo tiran diésel y se acabó”. 

Añadió que hace tres meses fumigaron, pero como el agua sigue estancada el trabajo fue en vano.

Reboses. Como el agua acumulada se filtra, también provoca que las pozas sépticas rebosen a los pocos días de ser limpiadas, un trabajo que contratan con particulares porque, señaló Falcones, si fuera con Portoaguas el costo sería mayor y no pueden estar pagando altos valores siempre. Ellos piden que se evacúe el agua y se rellenen los terrenos, previo consentimiento de los propietarios, con quienes en vano han intentado dialogar.

Solución. Wilson Ponce,  director técnico de Portoaguas, dijo que el miércoles y ayer estuvieron inspeccionando el problema para ver hacia dónde se va a evacuar el agua antes de realizar el relleno de los terrenos para que no se repita la historia.

Indicó que tienen que ver dónde esta el colector más cercano para hacer el bombeo del agua en coordinación con la dirección municipal de Obras Públicas.

Añadió que la próxima semana harán el requerimiento de mano de obra y maquinaria para intervenir.

Joselo Rodríguez, miembro del consejo barrial, dijo que se puede aprovechar la tierra que están sacando de dos calles cercanas para el relleno de esos terrenos, que son un atentado contra la salud.

Los moradores esperan que la solución llegue pronto hasta El Negrital.