Esta indebida e inapropiada idea tenía el objetivo de ejecutar allí un parque y complejo deportivo de atracción turística, tratándose de fomentar esta actividad que se tenía incrementada con las bellezas de la naturaleza y que había sido mermada considerablemente como consecuencia del terremoto del 16A, que ha llegado a convertir a Bahía de Caráquez en una ciudad devastada y abandonada por el poco accionar de las entidades llamadas a promover su reconstrucción urbanística y su regeneración económica.

Las soluciones son otras y no deben jamás llevar a desaparecer lo que ya existe y que ha dado renombre y prestigio a “la puerta de la nacionalidad ecuatoriana”, como lo ha sido y sigue siendo este centenario centro educacional. Búsqueselas y aplíqueselas sin dejar que siga pasando el tiempo, como está sucediendo a más de 15 meses de ese sismo que ha causado tanto daño a esta hospitalaria y prestigiosa ciudad. Tiempo que es más que suficiente para que se estén ejecutando las medidas tendientes a remontar esa situación que tanto ha afectado a la ciudad y a los habitantes.

Lo cierto es que ese despropósito en contra del establecimiento educacional, que lleva el nombre de ese insigne revolucionario como lo fue el montecristence General Eloy Alfaro Delgado, provocó de inmediato la reacción y la unión de los exalfarinos, los que dejaron oír su voz activa de protesta, la que llegó a todos los ámbitos de quienes tenían en sus manos tomar la decisión final sobre esta inapropiada propuesta.

De dentro y fuera de la provincia y del país se dejaron oír las voces y las protestas de quienes reclamaban ese propuesto accionar en contra de tan prestigioso colegio, lo que fue oído e hizo meditar a quienes les correspondía la decisión definitoria y se dijo no al propuesto cambio de la historia patrimonial de esta ciudad, que merece la acción constructiva pero sin lastimar y peor destruir lo que ha venido funcionando a través de muchos años.

Esta decisión gubernamental fue dada a conocer oficialmente a la dirigencia exalfarina por parte del Secretario de la Junta de Reconstrucción, la que fue recibida con alborozo y satisfacción por quienes están decididos a luchar por siempre por la existencia de su querido y recordado colegio nacional Eloy Alfaro. Bien por Bahía de Caráquez. Bien por nuestro centenario colegio. Sigamos unidos y luchemos todos por conseguir la verdadera reconstrucción urbana y la regeneración económica de nuestra ciudad.