Por la sabiduría criolla de los refranes conozco y aplico muchos antiguos y populares, por lo que me agradó, en boca de un exitoso amigo, escuchar uno que no conocía; y me sorprendió constatar que él lo aplica siempre, por lo que lo ingresé a mi repertorio; éste es:
“Donde mandan dos, no manda ninguno”, añadiendo: consecuentemente surge el caos. Lo traigo a colación porque desde que asumió la presidencia de nuestro país el Lcdo. Moreno, públicamente conocemos que el expresidente Ec. Correa como que aún quiere seguir presente, él mismo y/o por medio de sus incondicionales, con sus fuertes declaraciones y acciones cuestionando las ejecutorias que el actual presidente toma dentro de sus convicciones y propósitos, que ciertamente difieren con el estilo que es característico de Correa.
Dado que Alianza PAIS en la campaña propuso al candidato Lenín Moreno para que sea el presidente ecuatoriano, e hizo mucho para que ganara las elecciones recientes, es frustrante para el país el giro que ha tomado el actual estado de cosas con el anterior presidente y un sector de AP, quienes parecería solo convergen alrededor del ahora cuestionado actual vicepresidente Ing. Jorge Glas; sucediendo esto cuando más se necesita de la mayor fortaleza y unidad posible para comenzar a remediar la mala situación socioeconómica que poco a poco se va revelando, y que por la maquillada información oficial, Moreno está recién conociendo para cuantificar la “mesa servida” -pero de deudas- que la gestión de Correa se dice ha dejado.
Se conoce que antes de llegar a los clásicos 100 días de haber asumido la presidencia, el presidente Moreno superó las décimas porcentuales con las que triunfó; y ha subido a un 70 % de popularidad por su talante sereno y conciliador, que a la mayoría de la población satisface y da confianza, lo que es bueno y beneficioso para todos, ya que sin satanizar la gestión ejecutiva anterior, con mucho tino está emprendiendo en conocer, proponiéndose luego en corregir, las causas de la difícil situación actual, que -dígase lo que se diga- no es el “buen vivir” intensamente ofrecido por la llamada revolución ciudadana.
Por todo lo someramente mencionado, se opina que es importante aplicar el refrán que arriba mencioné, y que así como constantemente y por una década respaldamos al presidente Correa, ahora deberíamos hacerlo con el actual mandatario. Que mande uno solo, sería el sentir mayoritario de la ciudadanía, cuando manifiesta que lo procedente es ahora respaldar las acciones del presidente Moreno ante cualquier obstáculo a su labor, ya que solo a él elegimos para presidir nuestra patria.
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