Actualizado hace: 938 días 1 hora 47 minutos
Artesanía
El zamarro protector

El zamarro es una prenda andina que visten exclusivamente los hombres, sobre todo los agricultores y vaqueros.

Viernes 26 Mayo 2017 | 04:00

Son los que labran la tierra o cuidan el ganado sobre los 3.500 metros de altura, en la Sierra ecuatoriana.

Según el diario Expreso, esta prenda es confeccionada con piel de animal, se la lleva sobre el pantalón y atada a la cintura por correas de cuero. Su función es proteger al vaquero del intenso frío de los páramos; su aparición no ha sido datada con precisión, pero, según José Parco, coordinador de Interculturalidad del Departamento de Gestión Cultural del GAD de Riobamba, su máximo apogeo se dio en la época republicana.
“Es parte del sincretismo, su florecimiento se dio en el tiempo de las haciendas; el zamarro era usado por los vaqueros, mayordomos, huasicamas y patrones, como parte del atuendo”, señala. 
La piel que se emplea para su confección puede ser de borrego, chivo, res, caballo, llama o alpaca. 
De la epidermis de los camélidos andinos se cree que fueron las primeras prendas de este tipo, elaboradas por los abuelos (antepasados), con la diferencia de que se sujetaban a las piernas con lana. Según la cosmovisión andina, la piel de estos animales mantiene su espíritu, y los antepasados tomaban su energía como protección para realizar sus labores; además, no permitía el paso del agua de la lluvia y mantenía el calor de las personas, explica Parco.
Otras culturas. Hay otras culturas que también llevan esta pieza en su vestimenta originaria. 
“En Loja, los hermanos saraguros visten una especie de zamarro, pero fabricada en tela; su pantalón autóctono es corto, es una manera de protección”, añade el experto, quien destaca que lo utilizan los líderes en los rituales del Kapak Raymi (se festeja en el solsticio del 21 de diciembre).
Esta vestimenta rústica es parte del traje de los chagras, hombres recios producto de la mezcla de indígenas con mestizos, muy ágiles con el lazo y la monta de ganado bravo, que demuestran sus habilidades en los famosos rodeos. 
Las formas de preparar las pieles han variado; en el pasado templaban la piel del animal en una tabla y empleaban la corteza de un árbol llamado guarango para que se curtiera, dejándola al sol durante quince días. Esta técnica ancestral está prácticamente desaparecida.
En la actualidad. Son parte esencial en los trajes de personajes míticos, propios de las fiestas tradicionales andinas, entre los que destacan el Kulta Tukushka, de Colta; el Aya Uma, de Otavalo; el Rucuyaya, en Cañar, y el Taita Carnaval. 
Sus llamativos colores las vuelven un deleite para los turistas nacionales y extranjeros que llegan a la fiesta todos los años y que disfrutan mucho, según los comentarios que han hecho en las redes sociales.
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