Actualizado hace: 937 días 13 horas 3 minutos
Santa Elena
Tres nudos los conectan

En Santa Elena las tradiciones montuvias están arraigadas.

Miércoles 24 Mayo 2017 | 04:00

Sus habitantes guardan respeto por las tradiciones que sus ancestros les dejaron y las ponen de manifiesto en cada fecha festiva, pero también en acontecimientos no tan gratos como la muerte de un ser querido.

En las comunas rurales de Santa Elena antes de que una persona sea sepultada se coloca un cordón de color blanco amarrado a su cintura. Según la creencia, la cuerda, de 2,5 metros, le servirá al difunto para enfrentar a los espíritus malignos en su viaje al encuentro con Dios. Si no la lleva puesta, su llegada al cielo podría ser muy complicada.
En la zona norte peninsular, donde se mantiene viva esta tradición, Gaspar Melchor Alejandro Gavino, de 80 años, es el encargado de confeccionar los cordones para los difuntos, un oficio que realiza desde hace 65 años. Cuenta que fueron sus abuelos quienes le enseñaron a tejerlo.
La casa de Gaspar está ubicada en la población Libertador Bolívar, allí no le falta el algodón que utiliza para obtener los cordones. El octogenario es uno de los últimos campesinos en los recintos de Manglaralto que sabe hacerlo, por eso ahora les inculca a sus descendientes esta labor.
El cordón para los muertos no tiene costo, Gaspar Alejandro solo pide que se le compre un bulto de hilo de algodón para tener en stock cuando fallece alguna persona. “A veces me dejan para las colas, eso me pone contento”, señala sonriente.
El proceso para confeccionar el cordón del muerto demora aproximadamente dos horas. Gaspar reúne a cuatro de sus nietos para, de manera hábil y rápida, iniciar el tejido. Cada chico toma una punta, mientras su abuelo -utilizando un pedazo de madera del porte de una regla de 30 cm- empieza a envolver las hebras de algodón. El cordón del muerto lleva tres nudos.
Según Gaspar, sus abuelos comentaban que estos le sirven al occiso para cruzar por el purgatorio, el infierno y llegar al paraíso.
Con espíritus. En Libertador Bolívar consideran a Gaspar Alejandro Gavino un hombre valiente. 
Los habitantes aseguran que ha sorprendido al emprender actividades a las que muchos no se atreverían. 
Una de esas es enfrentarse con los espíritus de las personas que penan cuando fallecen. 
En cierta ocasión una señora después de muerta no dejaba tranquila a su familia y buscaron a Gaspar para que hablara con ella y le preguntara por qué no descansaba en paz. 
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