La psicóloga Karolina Macías dice que la muerte de alguien deja secuelas entre las personas de su entorno y, aunque son irreparables, el dolor sí puede aminorarse si experimentan apoyo.

“Cuando una persona  pierde a un ser querido la sensibilidad va a estar a flor de piel. Esto no quiere decir que esa persona siempre va a estar llorando. Hay quienes no demuestran el dolor con lágrimas, algunos reprimen este sentimiento, otros tienden a la agresividad o a apartarse de su entorno. Por eso, brindar apoyo moral siempre va a ser importante, aunque la persona no lo pida”, indica la profesional.

Sin lástima. Julio Cantos, psicólogo clínico, resalta que es importante mostrar interés por alguien que ha sufrido una pérdida, pero no se debe llegar a hacerle experimentar que se siente lástima por él. “Cuando se pierde a un ser querido estamos más tensos y susceptibles que nunca. Por eso, si vamos a brindar apoyo a una persona que pasa por este momento duro, hay que tener tino. No se debe caer en el acoso. Por supuesto que la compañía y el respaldo son necesarios, pero también la soledad puede ayudar a sanar. Tampoco hay que usar términos como ‘pobrecito’ o ‘qué pena’. No hay que caer en excesos y mostrarnos demasiado compasivos, porque puede ser interpretado como una señal de lástima y eso no es algo que agrade mucho a nadie”, explica Cantos.