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El Mall
El Mall
Por: Walter Andrade
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Lunes 22 Mayo 2017 | 04:00

El sábado 20, hace dos días, una nota de este medio comenta la situación en la que se encuentran ciertos dueños de restaurantes a raíz de la inauguración del Mall del Pacífico.

En realidad, el medio recoge las quejas de los propietarios de esos negocios que lamentan la reducción dramática de sus ventas. Se intentan dar explicaciones para justificar esa caída de ingresos - que es lo que en realidad significa menores ventas - como aquella que dice “que se vive en la ciudad un momento de novelería” “....la gente acude masivamente por conocerlo y se olvida de los negocios pequeños...” o que “lo nuevo siempre atraerá a las personas.... por eso se invita a los negocios aledaños a renovarse constantemente, porque es una forma de competir y atraer clientes”. Ahora, si se lee superficialmente estas palabras, la conclusión podría ser que son ciertas, pero si se lee el espíritu de las mismas, lo que no está escrito, el resultado podría ser otro. 

 
Creo que nadie se opone a una inversión ni algo parecido. Por principio todo recurso que se gestione localmente algún beneficio deja. Si se instala un negocio como un mall, el solo hecho de construirlo ya deja algún beneficio en la comunidad, a lo que hay que sumar las plazas de empleo que eventualmente genere. Pero lo que se busca y se fomenta en todo el mundo, sin importar la región o el tamaño de una ciudad, es que cualquier inversión no solo cree empleo local sino que no destruya el existente ni el reciclaje del dinero en la provincia. Esto es lo que aparentemente puede suceder en el caso del Mall del Pacífico. En efecto, si los dueños de los  restaurantes que han visto la caída paulatina de sus  ventas, realizaron X inversión para instalar sus negocios que generan X ingresos que se reciclan en la ciudad y que tienen X número de empleados, con una disminución de ingresos por causa del Mall, lo primero que harán es despedir empleados y la consecuencia sería que el ciclo inversión-reinversión en la comunidad se interrumpe, causando al final del día un perjuicio. Esto es lo importante. Después de todo muchos locales del patio de comidas pertenecen a cadenas con matrices fuera de la ciudad.
 
Ante esta realidad, mi reflexión es que lo ideal hubiera sido que el patio de comidas esté poblado de restaurantes de manabitas, así como también los locales para otros tipos de negocios. De esta manera se crearía un círculo virtuoso de la inversión en la ciudad. Pero como en la práctica no es posible, un equilibrio entre cadenas de almacenes y restaurantes de fuera de la provincia y los de Manabí hubiera sido lo deseable. Ojalá se trabaje en el tema. 
 
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