Pero esto se agravó los primeros días de abril, cuando la planta baja de su casa se inundó con las fuertes precipitaciones que hubo.

“El agua me llegaba hasta aquí”, dice mientras señala su cintura.  

La planta baja aún continúa bajo el agua, por lo que asegura que en horas de la noche los mosquitos aparecen en cantidad. “Toca esperar que ya no llueva para hacer una nueva casita porque esto está terrible”, afirma.

Intensidad. Carlos Mina, técnico del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), indica que la lluvia de mayor intensidad que hubo en este mes fue la del día 7 de abril, en la que cayeron 74,5 milímetros (mm) de lluvia, que equivale al 56% de lo que ha caído en todo el mes, que es de 133,7 milímetros.

Según Mina, la cifra está considerada en el rango normal.

Explica que en enero la intensidad de precipitaciones en Portoviejo fue de 96,3 mm; mientras que febrero fue la de mayor intensidad, pues alcanzó 296,3 mm de lluvia. 

En marzo hubo 172,2 mm. Estas precipitaciones superan a las que cayeron en el 2016, que fue en enero 124,9 mm, en febrero 131,4 mm, marzo 81,6 mm y en abril 94,9 mm.

Pese a eso, Mina recalca que no se trata del fenómeno climatológico de El Niño de 1998, donde las precipitaciones alcanzaron 460,2 mm en marzo de ese año.

Esto lo confirma Rodolfo Molina, analista de la Dirección de Pronóstico y Alertas del Inamhi, quien  vía telefónica indicó que una de las causas de las fuertes lluvias fue el calentamiento en la superficie del mar que ocurrió en los meses de febrero y marzo.

Molina asegura que las lluvias en los próximos días serán de ligeras a moderadas en la zona costera de Manabí, pues ya está entrando la época de transición de invierno a verano. Sin embargo, explica que en la zona norte aún se consideran precipitaciones con intensidades variables, incluso acompañadas de tormentas eléctricas.

El analista detalla que esto se debe a que en la región sur de Colombia aún llueve bastante, la cual alcanza en la parte norte de Manabí y la provincia de Esmeraldas.

El Carmen. La última lluvia que cayó en ese cantón fue la noche del martes y causó temor en Ana Medranda, pues su casa se inundó la semana anterior por el desbordamiento del río Suma y teme que ocurra lo mismo.

Ella vive en el barrio Salazar, en las riberas del río, y asegura que no duerme tranquila. 

Su vecina María Heras explica que en cada aguacero el río se desborda y se les entra a las viviendas de unas 20 familias.