Actualizado hace: 952 días 15 horas 36 minutos
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En nuestro comentario de la semana anterior, que se lo tituló “Respeto y atención por Manabí”, destacamos el impacto que dejó como secuela el sismo 16A, que afectó tanto a varias ciudades y regiones de esta importante provincia del país. Hicimos notoria la ayuda llegada en pro de la supervivencia humana, así como se destacó lo poco que se ha hecho por la reconstrucción y la regeneración de los lugares afectados, en razón principal a la creación y actuación de un organismo mal conformado, ya que se hizo caso omiso a que esa entidad reconstructora fuera estrictamente manabita y autónoma.
En todo caso, nos hemos sumado al clamor generalizado de cómo se ha jugado con la situación y el futuro de esta provincia que merece y es digna de un mejor trato.
Lo cierto es que mis lectores semanales, oriundos o residentes de Bahía de Caráquez, se han comunicado de diversas maneras haciéndome ver la conveniencia de comentar especialmente sobre lo sucedido con esta norteña ciudad de la costa manabita. Ciudad cuna de la nacionalidad ecuatoriana y que ahora realmente no tiene copia, porque todo ha cambiado con su destrucción urbanística, con su desolación y abandono, así como por el impacto negativo en el factor económico al dejar de ser el eje central y atractivo de ese turismo receptivo que impulsó a toda nuestra zona norte.
Todo es cuestión de visitar la “Ciudad de los Caras” y constatar el estado y la situación que se vive en Bahía de Caráquez. Pero no una visita de carácter político y peor aún con fines electoralistas. Una visita seria y con fines y asesoramientos técnicos, que hagan posible la pronta y necesaria ejecución de la reconstrucción de esta histórica ciudad, que requiere el volver a tener el desenvolvimiento que siempre tuvo en los diversos aspectos, y sean estos social, económico, deportivo, político, cultural, educacional y de toda otra índole.
Porque Bahía de Caráquez necesita volver a ser como siempre fue, una ciudad limpia, acogedora y admirada por propios y extraños.
Y los bahieños deben promover la unión de todos para impulsar y exigir que las autoridades y organismos locales, provinciales y nacionales, den y pongan sus buenas intenciones en esa regeneración que en todos los aspectos necesita Bahía de Caráquez.
Porque esa labor reconstructora no puede seguir alejada y malversada. Debe ser exigida y controlada por los organismos e instituciones públicos y privados de esta ciudad. Y que sea la municipalidad la que encabece y dirija ese accionar cívico que tanto se requiere.
Porque esa necesaria reconstrucción tiene que ser hecha dentro de la ciudad y no fuera de ella, como ya lo ha permitido la municipalidad.
Y porque Bahía de Caráquez, tiene que seguir siendo Bahía de Caráquez.
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