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Manabitas sembrando virtudes
Manabitas sembrando virtudes
Por: Enrique Delgado Coppiano

Sábado 22 Abril 2017 | 04:00

El temple y ejemplo que dan a la colectividad distinguidas mujeres de nuestra tierra, damas en toda la extensión de la palabra, nos obliga a recordarlas y exaltar sus virtudes, pues ellas son las que llevan con más intensidad los momentos positivos o críticos que toca enfrentar en el diario convivir.

Así puedo afirmar cuando recuerdo a Doña Ena María Molina de Rodríguez,  de atildada prosapia familiar, esposa de don Vicente Rodríguez (+), recordado agricultor. Fue doña Ena María extraordinario ejemplo que supo guiar y conducir a sus 4 hijos por los caminos del bien y la superación personal, sin desmayos ni treguas.
Fue un roble ante la adversidad, entregando siempre amor y consejos, a todos los suyos, hasta la cuarta generación, al  mismo tiempo que consagraba su devoción a la fe católica presidiendo la “Aso. de Voluntarias de San Vicente de Paúl”, y la Aso. de Voluntarias de “La Medalla Milagrosa”, entidades de acciones comunitarias que siempre concurren en momentos difíciles para aliviar a personas y hogares en situaciones de contingencia que a diario surgen, al mismo tiempo atendía el desarrollo de sus 4 hijos, con una a la que hoy estará unida en la eternidad y en la gratitud de todos aquellos a los que sirvió en vida. 
Igualmente debemos de cumplir con honrar la memoria de doña Magaly Burgos de Mendoza, recordada matrona, esposa de Don Migdonio Mendoza (+), conocido funcionario público. Ellos prohijaron una estimable descendencia que por sus ameritadas acciones gozan de gran estimación social. 
Doña Magaly fallece luego de haber cumplido 99 años de lúcida vida, que la condujeron a compartir la alegría de abrazar con júbilo y cariño hasta sus tataranietos, y así paso a estar junto al Creador Supremo, al que honró con cada paso que dio en su larga vida, viviendo para los suyos pero a la vez esparciendo su fe y ejemplo cristiano a cuanto prójimo acudió a ella con abrazos y palabras  que infundían valor para superar dificultades. 
Estas dignísimas mujeres manabitas nos van dejando un legado inestimable de saber conducirnos en la vida que ejemplarizan la divina palabra de “amaos los unos a los otros”, que en los actuales momentos nacionales e internacionales alcanzan un valor inestimable, ante sucesos y olas de violencia que justamente en estos días llevan penas y dolores a pueblos, familias y ciudadanos que parecen alejarse de los principios que a quienes nos hemos referido dejaron sembrados en surcos que merecen los cuidemos más con amor y comprensión.
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