Actualizado hace: 937 días 21 horas 1 minuto
500 años del kasama

La Fiesta del Kasama es considerada por los pobladores tsáchilas como el “inicio de un nuevo año o nuevo amanecer”.

Sábado 22 Abril 2017 | 04:00

 Esta fiesta se desarrolló en Semana Santa en la comuna Colorados del Búa, ubicada en el km 15 de la vía Colorados del Búa.

La fiesta empieza con los baños de purificación -un ritual shamánico-, y luego se realizan presentación de grupos culturales, relatos sobre el significado del Kasama, misa campal, concursos autóctonos, medicina natural, elección de la Kasama Sona y matrimonios tsáchilas. 
Juegos y bailes tradicionales y la infaltable degustación gastronómica complementan esta milenaria celebración.
Evento. En esta fiesta siempre participan los miembros de las siete comunas (Otongo Mapalí, El Búa, El Poste, Los Naranjos, Comuna el Búa, Chiguilpe y Peripa), que conforman la nacionalidad Tsáchila. El objetivo es encontrarse con sus raíces, compartir con la familia, intercambiar sentimientos de prosperidad y amistad.
El Ministerio de Turismo, a través de su dirección provincial, apoya este evento para renovar sus energías y conocer más las costumbres y tradiciones tsáchilas.
Cultura. Su música y danza autóctona son un deleite para quienes escuchan y observan estos rituales que aún conserva esta cultura. Su exquisita y exótica comida tradicional marca la diferencia con otras culturas indígenas.
Uno de los centros de Turismo Comunitario de la etnia tsáchila más conocidos en Santo Domingo es la Empresa Comunitaria Tolón Pelé, donde se puede vivenciar circuitos turísticos, música, danza, rituales chamánicos, caminatas nocturnas, además de poder alojarse cómodamente en sus cabañas típicas, adquirir artesanías, degustar su comida, entre otros.
Tradición. La tradición nació hace aproximadamente 500 años. En 1530, un brote de fiebre amarilla en la región hizo que la fiesta dejara de organizarse y que perdiera fuerza. Pero en 1961, el entonces gobernador Abraham Calazacón la retomó para agradecer a los dioses. En especial por la concesión de los terrenos que ocupaban. También aprovechaban la celebración para pedir la mano de una mujer. 
Uno de los juegos más esperados por los antepasados eran las peleas. Se enfrentaban por familias. La ganadora conseguía el respeto de la nacionalidad. Una noche antes de la fiesta Kasama, los tsáchilas celebraban un ritual de purificación. En la mañana se bañaban en el río. 
Según el exgobernador tsáchila Héctor Aguavil, hace 200 años había un sitio sagrado para la conmemoración del Kasama, en la comuna San Miguel conocida como la Pam pá. Esta celebración reúne todos los elementos que tiene el pueblo tsáchila.
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