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José Ramón Moreira Aliatis
El placer del poder

“Aquí me tienes, ya acabando estas páginas que te dirijo y sin haber oído el trueno aniquilador de ninguna explosión”. Fernando Sabater.

Miércoles 22 Marzo 2017 | 04:00

Particularmente y utilizando solamente el sentido común, me parece de lo más burdo que una manifestación hecha pública de la naturaleza, de tan grave envergadura y de tanto alcance para crear barullo en una comunidad entera como es la manabita, es algo insólito, algo difícil de digerir, que sea pensado y elaborado por un colectivo de inteligencia superior. Me resisto a creer que hayan tomado semejante decisión. 
Llamo a la reflexión de mis coterráneos para que tengan cordura, generosidad; no pronunciarse con expresiones burdas que desdicen de la calidad y de la formación que hacemos gala los manabas; nosotros somos recios, enérgicos, hombres que cuando tocan nuestras fibras de macho campesino reaccionamos en consecuencia, un desadaptado que nunca falta para estas mascaradas ha logrado unirnos más que antes, a pesar de que  muchos en las redes sociales han respondido con voz de trueno a ese supuesto desaguisado.
No olvidar que estamos llenos de perversos anónimos, de hienas solitarias que buscan la manera de trascender en su abyecta orfandad; y la historia ya nos ha mostrado este tipo de individuos. Estamos en la era de la informática, hay la oportunidad de que cualquier persona, especialmente jóvenes con la tecnología en sus manos, desde su casa puede elaborar él sólo un vídeo con imagen y audio en forma independiente. 
Esa práctica la han demostrado sucesivamente varios mensajes virtuales que influyen en muchas personas; pero, así mismo, estamos los que miramos y escuchamos detrás de la cortina y fácilmente colegimos que esas comunicaciones son de falsedad absoluta. 
En los tiempos actuales y con esta herramienta han proliferado los depredadores solitarios; como muestra les pongo un ejemplo: hace unas cuatro décadas el monstruo de los Andes, en Colombia, tenía el placer inmenso de asesinar en solitario. Esa práctica causó más de 300 muertes, niñas especialmente. ¿Cómo logramos saber si algún morboso mediático local en las sombras, nos acecha? Tarea difícil. Ahuyentar a esas personas de nuestro alrededor y que aullen en lo más profundo del mar es una tarea casi imposible.
Estamos en la obligación de exigirnos  todos los pobladores en estos tiempos de campañas políticas, propuestas realizables, transparentes; tenemos que olvidarnos de prácticas malsanas, desterrar violencias en la que sí hay personas especializadas que nos llevan de la mano a confrontarnos entre nosotros. 
A las bases, al pueblo llano le gusta la algarabía de las elecciones, el encuentro con amigos, el disfrutar de una fiesta cívica.
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