Y a pesar del resultado de las encuestas, siguieron hasta lo último con ese pregón triunfalista, el que trato de extendérselo con datos equivocados de encuestas a boca de urna, lo que fue desmentido con los resultados de encuestadoras serias, que llevó a que cambiara el panorama general, confirmado más tarde con los datos oficiales suministrados por el propio Consejo Nacional Electoral, el que interrumpió esa información, ya que según parece, el acomodo previsto no funcionó ante la presión popular en las calles y por los informativos de la prensa seria e independiente.

Tanto es así, que sin necesidad de escrutarse el 100% de las actas electorales, se dio la información de la realización de la segunda vuelta de boca del presidente del Consejo Nacional electoral, pero, con la circunstancia que el Presidente Correa ya lo había dicho tres horas antes en una rueda de prensa internacional, cuando a quien le correspondía hacerlo de manera oficial y de acuerdo a la Constitución era al ingeniero Pozo, que por algo fungía de Presidente del Consejo Nacional Electoral.

Lo cierto es que el 2 de abril habrá segunda vuelta entre los binomios Moreno-Glas y Lasso-Páez, quienes ya están preparando las baterías para esta nueva y definitiva contienda que enfrentará a los representantes del gobierno con los de la oposición, que según parece, ahora sí habrá unidad para lograr los cambios que tanto requiere Ecuador, ante la situación calamitosa por la que está atravesándose.

En lo que sí parece que no hubo el control apropiado fue en los escrutinios de las actas de elección de asambleístas, en donde el arreglo fue por todos lados, a tal punto, que existen actas en las que los candidatos de oposición aparecen con 0 votos, sin considerar que en esas mesas votaron ellos y sus familiares.

Es decir, que habiendo un fraude descarado en este procesamiento electoral para designar asambleístas y comprobándose que la voluntad soberana del pueblo ha sido manipulada, debería declararse nula esta elección y convocarse a un nuevo proceso para el mismo 2 de abril, pero eso sí cambiando el sistema y las personas encargadas del control, conteo e ingreso de los votos, para que no se cambien los nombres de los realmente elegidos por el pueblo.

Todo por el respeto a los derechos ciudadanos y a la libertad y a la democracia, en aras a los cambios que requiere nuestro Ecuador.