Varios hechos pusieron en entredicho la confianza en la institución responsable de la gestión electoral; por ejemplo el hecho que no se dejara entrar a los voluntarios de Participación Ciudadana ingresar de manera inmediata para cumplir con el convenio firmado entre ambas instituciones en aras de cumplir con el conteo rápido como institución independiente. Dicha institución logró ingresar, pero más de hora y media después y eso atrasó su gestión.
La afrenta del atraso demuestra que los ecuatorianos hemos llegado al punto de dudar, con muchos fundamentos, de la imparcialidad de nuestra institucionalidad. El aviso de que el CNE se demoraría cuatro días para anunciar los resultados de manera oficial tuvo al país en ascuas y generó un estado de ansiedad y agresividad innecesario. El correísmo logró polarizar tanto que produjo la unión de dos negativos y así la oposición finalmente de adhirió al candidato Guillermo Lasso. Era tan impresentable la demora- del 20% restante de escrutar- así como las denuncias de actas que llegaban en mochilas de personas desautorizadas para llevarlas que muchas personas escogimos dejar todo e instalarnos en una especie de vigilia por la democracia.
Los resultados han demostrado que incluso en la provincia de Manabí, bastión correísta, dicho partido perdió alrededor del 20% de los votos en comparación con la última elección. Sus resultados en la Asamblea aún son altos, pero no sorprende dado el total control sobre medios incautados y oficiales. Se dicen improperios desde las tarimas y se inventan audios que quieren sembrar el odio.
La vigilia por la democracia nos demuestra que los ecuatorianos tenemos tesón y que nuestros valores no serán destruidos por un dictador de turno. Cuando un ser humano realmente quiere algo lo consigue con visión y con acción, esa sinergia es fundamental. La persistencia de todos quienes actuaron oportunamente, líderes y ciudadanos comunes, no sólo con su presencia en las calles sino en el conteo electoral diario y nocturno fueron los héroes de la jornada. Estuvimos muy cerca de que ciertos mañosos se salgan con la suya, pero fue la persistencia de los ecuatorianos lo que habló claro al dictador: No más imposiciones. Vivimos la disyuntiva entre los dos caminos; la democracia con Lasso o la dictadura con Moreno. Prácticamente empezó ya la campaña de segunda vuelta. Continuemos luchando por nuestra libertad y el progreso con persistencia.