En Portoviejo, las vitrinas ya muestran lo último en moda playera, mientras que los talleres de costura realizan inversiones con la finalidad de tener un buen stock para las personas que gustan lucir estas prendas.
Sin embargo, entre los comerciantes hay nerviosismo y esperan que las ventas no se vean afectadas por la situación que se vive en Manabí, tras el terremoto del pasado abril.
Marjorie Solórzano, es propietaria de Sun & Sea, un taller de costura. Ella comenta que lo sucedido el pasado 16 abril la obligó a disminuir la producción para la temporada de este año. “El terremoto dejó golpeada la economía, por eso este año decidí bajar la producción en un 20%. Decidí no arriesgarme”, comentó.
En la bahía de la calle Alajuela también se exhiben prendas playeras.
Mayra Rodríguez, propietaria de un local de venta de ropa, comentó que hace 15 días que puso en exhibición los trajes de baño.“Están normales, como el año pasado” dijo.