Indicó que dentro de su plan está el visitar día a día un sitio diferente, con la intención de explicar la labor de un parlamentario andino. 

“Después de octubre de 1979 que fue fundado, es una institución que ha servido como cuota de poder para los políticos. Ejemplo, tú premias a alguien para que gane 6 mil dólares y vaya a cocteles y fiestas”.

Por este motivo, agregó, no prometerá nada, sino que cumplirá la labor de este organismo.

En caso de que esto no funcione, dijo, la idea sería asignarles a los asambleístas que creen la comisión andina. “El edificio en Quito consume 3 millones de dólares en pago de sueldos, que se ahorraría si lo trasladamos a responsabilidad de la Asamblea y seguimos en el pacto andino”, dijo.

Recalcó que la idea es que el Parlamento Andino funcione, mas no cerrarlo.

Indicó que se ha dedicado dos años a recorrer el país como precandidato presidencial y ahora como parlamentario, y “esto es un reto, es mi carta de presentación de futuras elecciones”.