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Los divorcios y sus impactos
Los divorcios y sus impactos
Por: Guido Álava

Martes 06 Diciembre 2016 | 03:00

 E n el marco de la revisión detenida que he estado realizando últimamente sobre los divorcios, creo de mucho interés reflexionar sobre el tema haciendo un énfasis sobre el impacto en los hijos.

Sin lugar a dudas, el divorcio es uno de los eventos de mayor impacto en la vida de una persona adulta; por lo general solo al inicio, pero en forma grave y duradera para los hijos, pues los niños se ven involucrados en una dinámica polarizada y sin posibilidades de elección.
Para ellos papá y mamá son dos conceptos a menudo inseparables, que encierran un sentido personal de afecto y protección. 
Ambos les son necesarios en circunstancias diferentes o similares, pero los requiere por igual. No se trata de que uno entregue más cariño que el otro, ni siquiera que las habilidades de uno o sus posibilidades materiales sean más importantes; lo decisivo reside en que son alternativas distintas e igualmente útiles y necesarias afectivamente.
Las leyes y códigos tienen una visión sesgada del derecho de los papás sobre los hijos, a un punto que consideran a los hijos como propiedad natural e indiscutible de la madre. Le conceden a ella la potestad todopoderosa de permitir al padre seguir siéndolo o convertirse en visita de sus hijos. 
Estas distorsiones son las que provocan variedad de impactos negativos en los niños a través de los siguientes procesos: 
Entre los 3 y 7 años: En la mayoría de niños se hacen presente tristeza, llanto o sollozos, introversión, conductas compensatorias, temores ligados a fantasías de pérdida, a ser abandonados o quedar desprotegidos. Se preocupan por los sentimientos de rechazo que puede tener el padre o madre al irse, también puede aparecer temor a no verlo nunca más.
Sentimientos de nostalgia ante la falta de padre. Se puede producir un descenso en el rendimiento escolar y temor a ser expulsado del colegio.
Entre los 8 y los 10 años:  Aumentan los sentimientos de culpa por el rompimiento de la familia, una disminución de la autoestima y sentimientos más claros de depresión, unidos a un sentimiento de abandono o pérdida de amor, sus conflictos pueden expresarse volviéndose callejeros, saliendo evadiéndose de su casa.
También pueden surgir conductas delictivas e ira contra uno de sus padres. 
En la adolescencia surgen sentimientos depresivos, se pueden dar fugas o ausentismo escolar, actividad sexual, abuso del alcohol y drogas, hasta llegar en algunas ocasiones a intentos de autoeliminación.
No ocurre lo mismo cuando los divorcios se dan con hijos en mayoría de edad.
Es muy probable que la cantidad y facilidad conque se incrementan cada día los divorcios tengan relación con el desconocimiento de estos impactos.
 Amigo, si tú tienes conflictos que avizoran la disolución de tu familia, medita una y otra vez antes de tomar esa dura decisión. Te recomiendo buscar la Guía de Dios.
 
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