Poppy tenía sólo cuatro años cuando murió por una sobredosis de heroínas y otras drogas, las cuales le había suministrado su propia madre, Michala Pyke, para que durmiera de forma profunda.
La mujer y su novio, John Rytting, ahora son procesados por el delito de asesinato, informó el Daily Mail.
Durante el proceso legal, la Fiscalía determinó que la mujer llevaba más de seis meses drogando a la niña, para que “no la interrumpiera mientras tenía sexo con su novio”.
Incluso, para que la menor ingiriera la droga, la madre le decía que "eran dulces".
Tras la muerte de la pequeña, quien también era abusada físicamente, las autoridades encontraron más de mil pastillas y drogas de todo tipo en la casa de la familia.
El hecho se dio en 2013 en Grimsby, Inglaterra, sin embargo los detalles del caso han salido apenas a la luz.
Los mensajes de texto de Michala a Jhon Rytting, fueron los detonantes para resolver el caso: