El dicho de cuando el río suena piedras trae, siempre se ha cumplido, por ello debe haber mucha preocupación en las filas de AP con todos los comentarios que hay en las redes.

Y hasta que se comprueben o se desechen dejan una sensación de burla y desconfianza en el pueblo, sobre todo de quienes han creído en esta propuesta de revolución ciudadana y de aquellos que siempre se han mantenido atentos a esperar lo que tanto pronosticaron que ocurriría.

Y es que entre la mentira y la verdad la duda queda; por ello el vicepresidente de la República debe prepararse para dar las explicaciones del caso; pues no queda más que sustentar ante un pueblo que mantiene la esperanza y la confianza ante este gobierno todas las aclaraciones que le permitan salir bien librado de estas acusaciones que se han vuelto vergonzosas en las redes sociales, pues provienen de publicaciones realizadas en un periódico de otro país.

Como ecuatoriana me siento en la obligación de pedir cuentas a quienes dirigen la administración pública, pues no podemos justificar los exabruptos de funcionarios públicos que fueron nombrados por las más altas autoridades, dándoles todas las ventajas, sin límites para que manejen los recursos del estado y  después decir, ellos mismos, que no los conocen y  que no sabían o no conocían de tal o cual negocio que se realizó a vista y paciencia del pueblo ecuatoriano y de quienes los nombraron. 

La misma ley nos manda a pagar culpas ajenas, somos responsables de cuidar y velar los recursos cuando estamos al frente de una Empresa o institución para que nuestros delegados o  representantes no  cometan irregularidades.

El doble discurso, la doble moral, los “caretuco”, han sido frases que hemos escuchado del presidente para criticar a los demás, a quienes piensan diferente; como queriendo demostrar, que quienes formaban parte de su equipo eran un dechado de virtudes y honestidad, personas  difíciles de corromper o de cometer actos indebidos; y ahora que se están volviendo públicas las acusaciones de corrupción hacia los funcionarios del gobierno, ¿quiénes son los caretuco? 

¿Qué nos pueden decir ahora?…., ¿que no los conocen? ¿que son traicioneros? ¿cuál es la respuesta ahora?............

Nos deben no sólo un explicación sino una demostración de que los actos y manejos de dinero fueron transparentes; es hora de pedir cuentas, es hora de fiscalizar y auditar.

Hay un pueblo que no acepta que entre tanto discurso y sabatinas ocurran estos actos que provocan tanta vergüenza. 

Por ello es importante recordar esta frase de Marthin Luther King: “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”.