Los yumbos blancos son parte de la historia de Conocoto (Quito), un poblado de origen precolombino. Se originaron en la hacienda jesuita San Francisco de Tena y durante muchos años salieron a tomarse la Plaza en el marco de las celebraciones de Corpus Christi. 

Antiguamente eran guiados por un viejo ruku. La fiesta debía incluir, además de la simulación de la batalla, el derramamiento de sangre para que pudiesen ser premiados por el patrón de la hacienda y hubiese el sacrificio de un toro para alimentar a la yumbada.

Los yumbos blancos son danzadores tradicionales por herencia. Los abuelos fueron trabajadores de la hacienda San Francisco y desde entonces organizan y ejecutan la expresión dancística musical de estos personajes. 

De sus instrumentos como el pingullo y el tambor salen las notas musicales que son entonadas por el mama pingullero y que marcan el ritmo de la danza de estos personajes que, mientras bailan, evocan a las ‘mamas’ y a los ‘taitas’ de los que heredaron esta tradición que tiene raíces indígenas.

Pureza. Cada elemento de la vestimenta de ellos tiene su significado. Danzan ataviados de blanco, con telas de color amarillo, azul y rojo que distingue la pertenencia a Ecuador. 

Según el danzante Olmedo Gualotuña, el traje blanco simboliza la paz y la pureza, mientras que la lanza representa la fuerza y la defensa contra el enemigo.