En Ecuador tenemos muchos ejemplos, como es el caso de la fundación Rostros Felices, que a lo largo y ancho del país interviene llevando satisfacción y esperanzas a través de la cirugía plástica, atendiendo a personas que sufren casos severos de anomalías de nacimiento como paladar hendido, labio leporino, o con secuelas graves por causa de quemaduras u otros agentes violentos.

Manabí es una de las provincias escogidas para recibir bianualmente la visita de esta fundación, con la satisfacción de que quien la dirige es uno de los mejores especialistas del país y Latinoamérica, el doctor Jorge Palacios, oriundo de Portoviejo, quien está desde hace más de 35 años involucrado en esta actividad.

Y aquello lo certifican quienes desde esa época vienen siendo testigos del trabajo que Palacios desarrolla en la provincia, contando con el denodado respaldo del Club Rotario Portoviejo, aliado permanente de la ONG, como fuera de Interplast, nombre de la ONG -de origen estadounidense- con la que se iniciará este programa en Manabí, integrada mayoritariamente por personal de esa nacionalidad.

Palacios fue siempre la piedra angular de las actividades, habiendo posteriormente asumido el liderazgo definitivo en el país con el surgimiento de la fundación Rostros Felices, que cumple similares intervenciones samaritanas, voluntarias y sin costo alguno para los pacientes.

Es que, siguiendo la filosofía de Interplast, Rostros Felices recibió la transferencia de tecnología, metodología y conocimientos de sus maestros extranjeros, vigorizándose y haciendo suya no sólo la capacidad profesional, sino, principalmente, la responsabilidad y la misión del cirujano reconstructor.

Y esa es la labor que Palacios y su equipo nacional va desarrollando por la extensa geografía ecuatoriana, contando con la participación del Ministerio de Salud, permanente colaborador prestando sus hospitales; y de entidades como el consejo provincial de Manabí, empresas privadas y personajes que abren sus manos para ayudar en este noble propósito, que tiene como coordinador eficiente y permanente al Club Rotario Portoviejo, entidad que lo ha adoptado como un programa estrella anual.

Son cerca de 4 mil niños y adultos que han recibido la mano amiga de Interplast-Rostros Felices, cuyos cirujanos plásticos les han devuelto su alegría dibujando nuevamente su sonrisa en rostros de personas que, seguros y sin complejo alguno, se integran a la vida normal de la sociedad.

Es un buen ejemplo de cómo se hace el buen vivir.