La mujer recordó que hace unos quince años se baña­ban en las aguas del río La Esperanza, pero al hacerlo ahora provoca picazón y ronchas, tal cual les ocu­rrió a sus hijos hace unos meses. 

Argumentó que los malos olores, especialmente en las noches, no se soportan, al igual que los mosquitos. 

Marcelo Solarte es un ha­bitante de la lotización La Feria, por donde cruza el río, y dijo que les preocupa la suciedad que baja por el afluente y el color oscuro de sus aguas. 

“Yo viví un tiempo en el Oriente y ni allá, con las empresas petroleras que contaminaron los ríos, se veía lo que hoy vemos acá”, expresó el ciudadano. 

“En las noches, aproxima­damente a las 19h00, el río apesta, es como si abrie­ran alguna compuerta y botaran algo río abajo. Se ve que (el agua) baja negra como petróleo; pareciera que están tirando agua de una lavadora o algo pareci­do”, dijo Solarte. 

PEDIDO. Ambos ciuda­danos aseguraron que es imprescindible que El Car­men tenga un buen alcan­tarillado y evitar que las aguas servidas contami­nen el río, ya que muchos se benefician de él. 

Jorge Alcívar, director de Gestión Ambiental del Municipio de El Carmen, manifestó que por ahora una cuadrilla retira los de­sechos sólidos, vegetales, llantas y otros materiales, todo lo que pueda conta­minar el curso de agua. 

El funcionario además in­formó que están sancio­nando a las personas que tengan tuberías clandesti­nas conectadas a la fuente hídrica.