Para Jahaira, ese recuerdo es especial. Sobre ese pedazo de pared ella le escribió una frase semanas antes de que el terremoto acabara con la vida del joven.

“Lo amo mi bonito”, firmó Jahaira en la pared que se desplomó junto con los cuatro pisos que conformaron la casa. 

La pareja tenía cinco meses de enamorados. Él era de Chone y ella de Manta. Para verse, Yenrry viajaba constantemente a Manta. Un día la familia de Jahaira le ofreció al joven un cuarto en la terraza para que duerma y así evitar el cansado viaje de regreso a Chone. 

Desde entonces los novios pasaban más tiempo juntos en la misma casa, ubicada en el barrio La Paz y donde los sorprendió la tragedia el 16 de abril. Ambos quedaron aplastados bajo los escombros y luego de ocho horas fueron rescatados. Él murió en el hospital del Seguro Social y ella sobrevivió, pero le amputaron la pierna derecha. 

Un familiar de Yahaira encontró el ladrillo encima de la enorme loma de escombros. Días después se lo dio a ella y desde entonces lo conserva. Dice Yahaira que lo guardará para, algún día, mostrárselo a sus hijos y contarles su historia de amor y tragedia. 

Jahaira y Yenrry fueron los protagonistas de la historia llamada “Los Bonitos” que La Marea contó en mayo.

El título se desprende del trato que los protagonistas tenían: “Mi bonito” es como ella le decía a Yenrry, y “Mi bonita” es como él trataba a Jahaira. 

LA PROMESA. Cuando estaban atrapados bajo losas y escombros, “Los Bonitos” hablaban del amor que se tenían. Y entre esa plática Yenrry le hizo prometer a Jahaira que estudiaría en la universidad.

Ella juró que lo haría mientras el joven perdía fuerza para hablar y sus ojos se cerraban lentamente, como anunciado la muerte. 

En algún momento Yenrry la agarró del cabello y le dijo: “No te duermas, mi bonita, que ya nos van a sacar”. 

Enseguida Yahaira volvió a tomar fuerza. 

Hoy dice que no ha podido cumplir la promesa porque aún le resulta difícil caminar sin ayuda. Sostiene que desea estudiar Enfermería, pero no quiere depender de alguien, es decir, que la tengan que llevar o cargar. Ella quiere entrar y salir caminando sola de la universidad. Además de esto, dice Jahaira, la herida por la amputación de su pierna sigue latiendo. 

Ella cree que para el próximo año ya podría retomar sus estudios. Tiene un gran deseo de terminar una carrera que su novio no pudo empezar porque, justo cuando él intentaba inscribirse en la universidad a través de Internet, ocurrió el sismo de 7.8 grados.

SIN EL APOYO. Silvia Sánchez, madre de Jahaira, aseguró que su familia ha recibido “poquísima” ayuda de las autoridades. 

Explicó que la rehabilitación de “La Bonita” la pagan con ayuda de familiares. De hecho, una fundación en Quito es la que en tres semanas le entregará una prótesis a la joven de 21 años. 

Reconoce que el Gobierno le ofreció una casa hace varios meses, pero ahora duda que esto ocurra porque, a su criterio, ya ha pasado mucho tiempo de aquella promesa.

Otra razón que la desalienta a creer es que lleva dos meses sin recibir el bono de alimentación y alquiler. 

“A veces no tengo ni un centavo para comer, y me voy a pie hasta el banco para ver si me han depositado el bono, pero nada. Me siento desilusionada y a veces mi único consuelo es llorar”, señaló Sánchez. 

Su esposo,  Geovany Bazurto, también ha caminado, aunque no precisamente al banco. Ha recorrido la ciudad en busca de trabajo, pero no ha tenido suerte. 

Él cree que por tener 52 años de edad las empresas o negocios lo consideran “muy viejo” para laborar.

Actualmente ambos viven en casa de un familiar, donde levantaron una improvisada ramada en el patio. 

El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) informó que la próxima semana se empezará a pagar el tercer mes de los bonos. 

DEBE MARCHARSE. ”La Bonita”, debido a la incomodidad y necesidad que viven sus padres, pasa más en Quito, en casa de familiares. 

También porque allá recibe la rehabilitación de su pierna y el clima le favorece para curar la herida, y además en Manta, agregó, no hay apoyo de nadie. 

Hace poco llegó a la ciudad y se irá en estos días. Antes, entre sus planes está viajar a Chone, a la última misa de mes que le harán a su “Bonito”. 

Después de eso se marchará a Quito, donde también se someterá a una cirugía en el rostro el 7 de diciembre. La intervención servirá para eliminar la cicatriz que tiene del lado derecho, entre la nariz y el pómulo. La marca se originó cuando el rostro de ella quedó presionado entre la rodilla de Yenrry y las cuatro losas de la casa. 

El 28 de septiembre Jahaira  hubiese celebrado doble si nada en su vida hubiera cambiado: cumplirían un mes más de noviazgo y era el cumpleaños de Yenrry. 

Ese día “La Bonita” solo se pintó las uñas y lloró.