“Es devolver un poco de lo que nos dieron después del terremoto de 7,8 grados que nos golpeó; recibimos mucha ayuda de la iglesia, de países vecinos, de los ecuatorianos y debemos ser generosos con quienes sufren hoy”, dijo Geovanny Pico, párroco de la Catedral.
Indicó que este domingo 16 de octubre, en las misas que se oficien en todas las parroquias eclesiásticas en recordación de las víctimas del terremoto, se hará una colecta para ayudar a los hermanos de Haití, afectados por el reciente paso del huracán Matthew y que todavía no se recuperan del terremoto de 8 grados de magnitud, ocurrido hace más de seis años, en enero del 2010.
“La ofrenda no nos va a empobrecer y nos hará ricos en solidaridad y prosperidad”, indicó el sacerdote, aludiendo a la carta que el arzobispo de Portoviejo, Lorenzo Voltolini, les hizo llegar a los párrocos de Manabí.
RECORDACIÓN. En lo que se refiere a Manabí, la misa en homenaje a las víctimas del terremoto: “muertos, heridos, familias que aún no se recuperan de las pérdidas, desplazados, albergados”, será oficiada a las 17h30 por el arzobispo de Portoviejo, Lorenzo Voltolini, en el recinto ferial Jotapi, a las 17h30, del domingo 16.
Previamente, a las 17h00, se reunirán en el mismo lugar los párrocos para la oración previa por las víctimas y para pedir fortaleza en la recuperación, añadió.
La coordinación es responsabilidad del párroco de El Florón, Abderson Verduga.
Jorge Tapia, propietario de Jotapi, pidió que los asistentes lleven fotografías de sus deudos, flores blancas y rojas y globos blancos que se elevarán con las oraciones por los seres queridos fallecidos en el movimiento telúrico.
Al finalizar se podrá degustar café y majada de verde, platos tradicionales de la provincia.
CATEDRAL. Pico también se refirió a los trabajos de reconstrucción de la catedral Jesús El Buen Pastor, que se iniciaron la semana pasada y durarán dos meses porque la demolición de las torres se hará de manera manual para que las vibraciones no afecten la estructura del templo. Ya quitaron las campanas y ayer habían bajado uno de los dos cupulines de las torres. “Los feligreses no deben preocuparse porque la iglesia quedará igual”, dijo el párroco.