Vinueza indicó que no solo fue una experiencia grata, sino también “un  gran honor”. 

“Era nuestra imagen como hotel y la de la ciudad entera la que estaba en juego. Debíamos ser buenos anfitriones. Hicimos lo mejor que pudimos”, manifestó. 

Vinueza cuenta que el expresidente descansó por dos horas junto a su esposa en el hotel, ya que llegó muy cansado. 

Y como invitado de honor de Portoviejo sería normal que tenga algunas exigencias. 

Sin embargo, “Pepe” no pidió nada más de lo que estaba en el cuarto, ni siquiera usó la piscina que se encuentra al pie de la suite del hotel. “Colocamos bocaditos de dulce, de sal, jugos, té y café. Lo que más le gustó fueron los bocaditos de sal, ya que no dejó ni uno”, indicó entre risas. 

También colocaron una placa de bienvenida junto a la cama de la suite, en donde se escribió: “Es un honor para Casa Lolita tener a tan ilustre huésped José Alberto Mujica Cordano. Abrazamos con mucha calidez vuestra presencia y deseamos que vuelva. Esta es su casa”.

La dueña del hotel contó que la imagen que se llevó del expresidente fue la mejor. “Fue muy sencillo. Casi no hubo tiempo de hablar, pero es una persona realmente humilde”, manifestó.

Tanto fue la impresión que Mujica dejó en Casa Lolita, que colocaron una bandera en miniatura de Uruguay junto a la de Ecuador en la recepción y ayer aún seguía en el mismo lugar.