El trabajo de las jóvenes Pamela Aguirre y Estefanía Baldeón, que lideraron y ejecutaron esa iniciativa -que en el método psico social se denomina círculo de aprendizaje, que sigue cuatro fases, experiencia, reflexión, decisión y acción han demostrado, se realice o no la convocatoria y el asentimiento del Presidente, quien ha reiterado que no participará y que considero una resolución sensata, que hay una nueva generación con conciencia crítica, incluyendo a los adultos que firmaron, puesto que validan la obra de la Revolución Ciudadana y a su líder, el actual primer Mandatario.

La democracia se imprime en una sociedad civilizada y tiene su sustento en la Constitución de un Estado en armonía con su forma y su fondo, y a ella hay que remitirse y respetarla; reconociendo, eso sí, que las leyes no son estáticas, se reforman o cambian de acuerdo a los requerimientos pertinentes de las épocas, en el paso inexorable del tiempo y la necesidad humana. Sólo la justicia es, debe ser, inmutable.

La historia política del Ecuador hasta el 2006 fue predominio de los partidos y cierta casta de dictadores militares, que sólo cogobernaron con sus grupos de poder en detrimento de la mayoría poblacional. Hoy se vislumbra un nuevo horizonte con quienes lideran el actual Estado ecuatoriano.

El gesto de las mencionadas jóvenes y su colectivo es, más allá de sus afectos, patriótico. Cualquiere que fuere la respuesta o conclusión de su accionar en los estamentos legales y la no participación de Rafael Correa, han demostrado que si quieren al País. Por ello, reitero, mis respetos.