Posteriormente acude al lugar donde guarda las frutas para preparar la bebida que desde hace 15 años vende por las calles de  Santa Ana. 

Este hombre de 65 años sostiene que es el oficio que decidió iniciar a los 50, cuando ya las fuerzas de la juventud comenzaron a abandonarlo. Otro factor que incidió fue la caída precipitosa de la producción de café.

Saltos fue la mayor parte de su vida agricultor y como él dice, “la siembra ya no es igual que antes”.

Temprano. Señala que a las 03h00 ya está a la espera de que llegue la primera unidad de la cooperativa Vuelta Larga para vender la ensalada de fruta en vasos. 

En una vitrina lleva pastelillos y “deditos” para los que quieren acompañar la bebida y así, comenzar el día.

Luego recorre la ciudad, siendo uno de los lugares preferidos las puertas de salida de los establecimientos educativos. 

Cuenta que afuera de la Unidad Educativa Simón Bolívar vende casi toda su mercadería, ya que los estudiantes siempre andan con deseos de tomar algo fresco y dulce, indicó. 

Manifiesta que los días más “buenos” llega a ganar hasta 15 dólares. 

La ensalada de frutas de Saltos lleva naranja, sandía, guineo, papaya y piña; además esencia de vainilla y rosa, y azúcar. 

“Así queda bien dulce como le gusta a mis clientes”, dice.

Vende de lunes a viernes, ya que los sábados compra las frutas y los domingos descansa.