Por ejemplo, debo ser enfático en mi frontal y definitiva posición contra la Ley Mordaza (llamada eufemísticamente: “Ley Orgánica de Comunicación”), dado a que limita mi libertad de expresar mis pensamientos, por más que Carlos Ochoa (Supercom) trate de convencerme de lo contrario.

Y algo más, que algunos conocen y otros ignoran: He sido colaborador indirecto y compañero de viaje del man auto considerado por sí y ante sí: “jefe total y absoluto de todos los poderes del Estado” habidos y por haber, tal lo tiene manifestado de manera reiterativa para que sus súbditos lo sepan: civiles, militares y mixtos.

Mi colaboración (ad honorem) se produjo cuando Trajano, el Ministro de Obras Públicas más destacado de este régimen, con quien empezó la rehabilitación del sistema ferroviario del país que estaba en soletas, se realizaron los estudios y se adjudicó la construcción del puente Los Caras al Cuerpo de Ingenieros del Ejército y motivó al presidente Correa para que la Asamblea Constituyente 2008 se realizara en Montecristi, me designó su delegado al directorio de la Empresa Nacional de Ferrocarriles del Estado.

Y en cuanto a compañero de viaje del Super, tuve la suerte de formar parte de la comitiva oficial que visitó China en noviembre de 2009, en búsqueda de financiamientos y créditos para los proyectos estratégicos que se han ejecutado y se ejecutan en el país. 

En esta oportunidad le tocó una sabatina desde Shangái, en la cual tuve la chance de representar al periodismo ecuatoriano, en donde se me permitió hacer una chulla pregunta, respondida con una gran sonrisa…

Pero (el infaltable), tales circunstancias que me honran, por supuesto,  no me impiden decir con franqueza que, como manabita, me siento defraudado por las tantas promesas de campaña que no han sido cumplidas con nuestra provincia. 

Ni siquiera empezadas, como el Aeropuerto Intercontinental “Eloy Alfaro”, la Vía Intermodal Manta-Manaos, el Agrocentro (¿?), el Puerto de Transferencia y de Aguas Profundas y la Refinería del Pacífico.

Súmese a esto, los dos tremendos golpes bajos que nos acaba de dar S.M., cuyas nefastas consecuencias quedarán reflejadas en los resultados electorales del próximo año, a los cuales me referiré, en detalle, el siguiente domingo. 

(Continuará)