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(2).jpg "La razón de la sin razón")
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Con el derecho que nos asiste de verter nuestro criterio, lo vamos hacer en el tan publicitado fallo de la Corte Constitucional, en el sentido de paralizar una megaobra llamada “Mall del Pacífico”, orden que el GAD-Manta no ha acatado; sin embargo, quiero dejar en claro que este comentario no tiene por qué desviarnos de lo medular de nuestra tragedia y que es la reconstrucción de los daños causados por el indiferente y fatídico terremoto del 16A, que ha trastocado la vida nuestra.
Siempre sostuve que ese terreno administrado por la Liga Deportiva Cantonal, gracias a la bondad del municipio local, que lo entregó en comodato hace muchos años y que los diferentes funcionarios que se alternaron por décadas nunca gestionaron para adquirir la propiedad del bien, estaba subutilizado, logrando, incluso, que las instalaciones deportivas que ahí se asentaban se deterioraran por el uso indiscriminado y sin mantenimiento.
Esto mientras todos los administradores melaron de sus beneficios y que fueron los verdaderos culpables que dichos bienes cayeran en el abandono y total deterioro; y que servían únicamente para que ciertos “deportistas” lo utilizaran como guarida para sus cosas. Incluso, aquí me pregunto si estas personas que reclaman sus derechos a practicar deportes, si alguna vez siquiera pensaron en presentarse a trotar o jugar en las canchas múltiples sin preocuparse por su seguridad.
Estas mismas gentes ven a esos antiguos presidentes caminar tranquilos por la ciudad y no les reclaman. Pierden el tiempo buscando chivos expiatorios.
El nuevo complejo deportivo Tohallí, para el entender de las generaciones actuales y futuras de niños que las utilizan, llenan con creces las expectativas para realizar cualquier deporte, que las prefieren muchísimo más que aquellas obsoletas instalaciones de antes, que existían en el lugar que ahora se construye una nueva ciudad comercial.
El derecho de una persona jamás puede estar en judicialidad por el derecho de un colectivo.
El centro comercial contará con hotel, clínica, patio de comida, bancos, piscinas, etc, todo con responsabilidad social, comercial y ambiental; sobre todo, se convertirá en el centro de comercio más grande de Manabí.
Esta gran obra se está construyendo en el lugar que se asentaban las viejas instalaciones deportivas, frente a la playa El Murciélago; todos queremos que nuestra colectividad se levante airosa para invitar al nauta que admire nuestra ciudad. ¿Quién querrá invertir en nuestro terruño después que se ejecute la sentencia que ordena paralizar la obra? El daño será mayúsculo.
Es verdad que esta obra no se defendió legalmente en el momento adecuado para aquello, pero incluso la justicia no debe irse en contra de la razón.
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