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Manta
‘Sentimos un vacío inmenso’

Asunción Bravo asegura que presintió la muerte de su nieta de 16 años cuando habló con la pareja de la adolescente, un día antes del asesinato.

Martes 28 Junio 2016 | 04:00

La mujer de 65 años cuenta que Melissa M. falleció en el barrio San Pedro tras ser atacada con un cuchillo.

Melissa tenía 16 años de edad y llevaba dos semanas separada de su pareja, quien está detenido bajo sospecha de ser el presunto autor de su muerte. 
Pese a que ambos estaban distanciados, se mantenían en contacto porque habían procreado un hijo que ahora tiene dos años y su custodia era compartida, expresó Bravo.
Ella contó que el sábado 27 de mayo recibió la visita del exconviviente de su nieta, quien le confesó que quería retomar la relación para que el niño no sufriera.
Ese día el hombre andaba con el niño, porque se había responsabilizado de su cuidado los fines de semana, señaló.
“Mi nieta llevaba una relación violenta, porque siempre llegaba marcada, golpeada y con moretones. Cuando él vino a visitarme, le dije que la dejara en paz y que retomaran sus vidas con nuevas parejas para evitar problemas”, dijo la mujer.
Luego de ese diálogo, el sospechoso recibió una llamada y se marchó con el niño, recuerda Asunción. Y en ese momento, asegura, tuvo una corazonada.
Al día siguiente, a las 08h00, Melissa fue asesinada, y tres días después del crimen capturaron al exconviviente cuando se refugiaba en una zona montañosa de Montecristi, según las informaciones policiales.
El procesado está instruido en la Fiscalía por femicidio, cuya sanción es de 22 a 26 años de reclusión, se informó.
Su vida. Bravo contó que crió a su nieta desde que era una niña y con ella permaneció hasta los 12 años de edad, pero cuando empezó a estudiar en el colegio se marchó a vivir con su madre biológica, en el barrio Divino Niño.
Luego dejó los estudios porque había formado un hogar con el hombre que ahora es acusado de quitarle la vida, señaló.
Un año después del compromiso dio a luz a su hijo y ambos vivían en Urbirríos 2, pero como se habían separado, el sospechoso regresó a la casa de sus padres en el barrio San Pedro, donde se registró la muerte, agregó.
La investigación de la Policía dice que luego del atentado la menor corrió hacia la calle a pedir ayuda, pero se desmayó y murió. 
“Desde ese día nosotros sentimos un vacío enorme, porque Melissa era una persona alegre, sonriente y espontánea. Incluso si quería alguna golosina les pedía a sus primos y a sus tíos, pero nadie se negaba, porque transmitía ternura”, expresó la abuela.
Melissa fue sepultada en el cementerio de Tarqui, y al día siguiente de su sepelio la Policía atrapó al sospechoso, según los informes de la Policía.
La investigación está en la etapa de instrucción fiscal, donde la Fiscalía recibe las pruebas en contra del procesado.
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