Uno de los vendedores que luego del 16A decidió reubicarse en este sector es Fernando Ureta, quien comenta que lleva un mes en este lugar y no es como esperaba.
“Antes estaba en la calle Alajuela y Chile, pero se cayó el local con el terremoto. Aquí las ventas representan el 10 % de lo que vendía allá en el centro”, dice el comerciante de lácteos.
Otra de las personas que se encuentran en la autopista Manabí Guillem es Maritza Pincay, quien vende frutas.
Según indica, tuvo que ingeniárselas para hacer una especie de casa y local. “También duermo aquí porque en mi casa hay un poste a punto de caerse”, explica.
Afirma que vende la mitad de lo que hacía en el centro. “Peor es nada”, comenta.
Señala que los policías municipales la visitaron, pero que le permitieron quedarse en el sitio hasta que los reubiquen.