Gracias a Dios y a la naturaleza, los míos y yo salimos ilesos para permitirme, por medio de este valioso medio de información, decirles que con la esperanza a flor de piel hemos visto, oído y sentido las excelsas y gratificantes demostraciones de afecto y solidaridad sinceras que nos han dado, los y las héroes y heroínas anónimas, desde todos los confines de la patria y el mundo, después del escalofriante y devastador terremoto del 16 de abril.
Las impresionantes secuencias de este sismo nos invitan a recapacitar sobre nuestros derechos y deberes para con la madre natura, dejando a un lado las ambiciones económicas, inmorales e inhumanas de grupos étnicos y sociales indolentes que agreden sus bosques, valles, lagos, ríos y mares, en nuestro y en otros países del orbe.
La filosofía, “madre de todas las ciencias”, que surgió en la Grecia inmortal y que aprendimos en nuestro querido y viejo colegio Olmedo con eximios maestros, me hace reflexionar y reconocer que en medio de la tragedia, dolor, miedo y llanto, también debemos valorar y apreciar la belleza sutil y fraterna de miles de hombres y mujeres que, con estoicismo y heroicidad, han acudido y acudirán con ayudas materiales, espirituales de fe, económicas, psicológicas, emocionales, artísticas y culturales, para que superemos con nuestra inteligencia y el “corazón de acero” los misterios de este movimiento telúrico destructor en nuestras dos provincias, hermanadas por los insignes patriotas Eloy Alfaro Delgado y Luis Vargas Torres, según la historia y por este fenómeno sísmico actual.
Distinguidos lectores, confío en que las “lágrimas derramadas por los caídos” sean “perlas radiantes” que nos motiven de día y noche para supervivir en mejores y más seguras condiciones constructivas, públicas y privadas.
Nuestros mandatarios y nosotros los mandantes debemos aplicar, inteligente, fraternal y firmemente, la lógica y la ética lúcidas y sempiternas que nos legaron Sócrates, Platón y Aristóteles.
La “madre naturaleza” nos ha dado una dura, pero sapiente lección, que debemos asimilar para servir honestamente a los demás y ser mejores personas en todo sentido.
Esto lo vamos a lograr pues “Querer es poder”, tal como reza en el escudo de nuestra ínclita Portoviejo.
Emulemos a la maravillosa Mercedes Sosa: “Con todas la manos, todas” para despedir al connotado periodista, licenciado Jorge Bello Moreira, lamentablemente fallecido en forma prematura e injustificada.
Pido al Ser Supremo que lo acoja en su seno y le dé resignación a sus apreciados familiares, amigos y compañeros. Paz en su tumba.
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