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Terremoto en Ecuador
"De ayuda todavía no hay nada", afirma portovejense afectado por el terremoto

“Los informales deberían recibir aportes no reembolsables de hasta 5 mil dólares y los formales, créditos blandos”.

Lunes 23 Mayo 2016 | 11:27

Es lo que sugiere Francisco ‘Pancho’ Mera Quintanilla, propietario del bazar ‘El Regalo’ (Pedro Gual y Morales, ‘zona cero’).

Él ha mudado su local a la calle Granda Centeno, entre avenida Manabí y 5 de Junio de Portoviejo, y afirma: “Voy a mantener a todo el personal, la mayoría está desde que me inicié en la actividad comercial”.
Recuerda que empezó con el negocio “en la calle Olmedo, entre 10 de Agosto y Córdova, con la ayuda de mi padre compré el local por 500 mil sucres, hace 40 años. Crecí sin tener capital, por el prestigio de mi padre, Ignacio Mera. Ángel Villavicencio fue mi primer  cliente”.
Dice que con el apoyo de su esposa Mariana hizo mucho esfuerzo durante años para poder surgir.
¿Dónde estaba cuando ocurrió el terremoto? “Nos íbamos con mi esposa, mi madre y mi cuñada a Manta, a un programa. Cuando empezó la tembladera me caí al piso y quedó todo en tinieblas. Y me comenzó a caer la lámpara, el lavabo. Pude pararme, abrí la puerta de mi cuarto y comencé a pedir auxilio, pero nadie me escuchaba”, dice ‘Pancho’ Mera, a quien se le escapan lágrimas al mirar su edificio, en la ‘zona cero’.
“De pronto escuché que uno de mis colaboradores, Francisco Vinces, me gritaba ‘¡Don Francisco, aquí voy!’ Y yo le decía ‘¡muévase mijo’! Demoré más de veinte minutos en bajar, mi familia me estaba esperando abajo, desesperados”. 
Mirando su vivienda y negocio dice que “gracias a Dios, esta es una muy buena edificación; cuando empezamos con la construcción, el arquitecto Antonio Dorigo me dijo: ‘Si tú quieres ese volado, vamos a tener que dejar enterrado mucho dinero aquí, lo
que equivale a un piso, porque esto necesita tener un buen soporte. Y yo le dije ‘no importa, hagámoslo. Eso me ha salvado la vida”.
¿Qué sigue ahora? “Nosotros tenemos que tomar la iniciativa. Recibí una ayuda del Gobierno Provincial de Manabí a través de unos psicólogos mexicanos, que me motivaron. Lo hablamos con mi familia y decidimos abrir un local en el primer lugar que encontramos. Y motivando al resto de los comerciantes, porque lamentablemente, tengo que decirlo, yo he recibido ayuda de familiares, amigos, mis consuegros, pero de la banca no hemos recibido absolutamente nada. He asistido a un sinnúmero de reuniones, donde nos dan charlas y nos piden datos, pero de concretarse ayuda, nada. Escucho que ha llegado mucha ayuda, la solidaridad ha sido increíble; se escucha de donaciones extranjeras, espero que sean bien canalizadas”.
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