Así lo muestran cifras preliminares del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), que también dan cuenta de 12.132 afectaciones en estructuras.

El impacto del movimiento telúrico en las edificaciones se revela también en el informe compilado de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR), en el que no hay un solo cantón manabita que no tenga inmuebles afectados.

En los sellos que se colocan para catalogar el grado de afectación se muestra que en la categoría de color rojo, denominada como Inseguras y donde está prohibido el ingreso, constan 4.973 construcciones. En la categoría de color amarillo, de uso restringido, los 22 cantones manabitas suman 5.533 inmuebles, y en la rotulación verde, de ocupación permitida, constan 5.077 edificaciones.

Acciones. La ministra de vivienda, María de los Ángeles Duarte, dijo que la intervención que se hará es la combinación de múltiples acciones coordinadas con los gobiernos locales. Explicó que se barajan alternativas como urbanizaciones, bloques familiares, casas individuales y más. Además se trabajará con bonos de construcción y reconstrucción, cuyo monto aún se está revisando y que serán anunciados próximamente.

“Se va a hacer un estudio adecuado. Lo necesario es que la vivienda llegue a quienes la han perdido, quisiéramos atender a todos, pero la prioridad son los damnificados”, señaló.

Fernando Zambrano, coordinador zonal del Miduvi, también recordó que hasta antes del sismo habían bonos como el de 6 mil dólares para vivienda y 13 mil dólares en caso de reasentamiento, que se empleó en proyectos como los de reubicación de familias en riesgo. El funcionario explicó que esos montos y especificaciones están en revisión conforme a la situación actual.

Recordó que se hace un censo social que determinará el número exacto de afectados y sus condiciones de vivienda.

Criterios. Para el presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Manabí (CICM), Santiago Vera, se deben plantear múltiples estrategias como los bonos, pero también créditos blandos (poco interés y largo plazo) con la banca para que los ciudadanos reconstruyan. Recalcó que deben existir alianzas públicas y privadas para llevar adelante el proceso.

Puso de ejemplo que en Portoviejo hay terrenos estatales que pueden ser aprovechados como uno frente al Parque Forestal o cerca de la vía a Manta, donde se pensó construir el Hospital de Especialidades.

Para el exministro de Vivienda Bruno Poggi, es clave que las acciones se coordinen con los municipios y sus planes de desarrollo. Recalcó que se debe trabajar con construcciones antisísmicas y resistentes. Puso el ejemplo del proyecto Las Orquídeas, que no sufrió mayores afectaciones. “Sí hay manera de hacer viviendas populares duraderas”, aseguró.

El alcalde de Portoviejo, Agustín Casanova, dijo que serán muy enfáticos en que todas las acciones de reconstrucción se enmarquen en el ordenamiento municipal. Señaló que se debe aprovechar el presente escenario para trabajar en la recuperación de espacios seguros, áreas verdes y planificados. “Vamos a estudiar con mucha responsabilidad todas las acciones para tomar decisiones pensando a futuro”, destacó.

Casos. En Portoviejo, cifras municipales dan cuenta preliminar de 231 edificaciones colapsadas, 635 que podrían colapsar y 923 que son consideradas que pueden tener un uso restringido.

En Jaramijó, Wílder Franco, director de Avalúo y Catastro del Municipio, informó que en ese cantón se destruyeron 52 viviendas y quedaron sin hogar más de 360 personas.

En Rocafuerte, la zona rural fue la más afectada. Cristina Cedeño, coordinadora municipal de Gestión de Riesgo del municipio, informó que son más de 5 mil ciudadanos que perdieron su hogar.

En Puerto López colapsaron 22 casas y quedaron damnificados cerca de 100 personas, se informó.

En el epicentro del terremoto, Pedernales, entre funcionarios municipales y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, se cuantificó que hay 1.183 infraestructuras que colapsaron en su totalidad. Verónica Aveiga, jefe de Gestión de Riesgos del municipio, dijo que unas 1.052 personas están en cuatro albergues.

En Manta, según datos del Ministerio de Desarrollo Urbano y  Vivienda (Miduvi), cada día reciben, como promedio, reportes de unas 100 viviendas  inhabitables.

En Santa Ana ninguna vivienda colapsó, pero algunas tendrán que ser demolidas por la precaria situación en la que quedaron.

Según un reporte del Comité de Operaciones Emergentes (COE) cantonal, fueron alrededor de 600 las construcciones afectadas, pero sólo cinco tendrán que ser demolidas.

En Pichincha fueron 60 las viviendas que tuvieron algún tipo de daños, informó en el COE local.

El alcalde de 24 de Mayo, Ramón Vicente Cedeño, indicó que en el cantón el terremoto dejó sin techo a 10 familias, al caerse las casas. Las viviendas con algún tipo de daño fueron 175.

En El Carmen, la cifra de familias sin vivienda llega a 173, dejando a unas 870 personas sin sus casas, informó el COE de esa jurisdicción.

1.815 habitantes de Montecristi se quedaron sin casas. Según Jacinto Gutiérrez, director del Departamento de Acción Social del Municipio, dijo que se destruyeron 432 casas, según datos provisionales.