Eran las 12h00 del viernes pasado y Pincay preguntaba quién tenía hambre, pues los pacientes además de recibir atención médica almuerzan en el lugar.

En medio de esta actividad el edil se entristece cuando recuerda lo ocurrido con su familia el sábado 16 de abril.

Testimonio. “Ese día perdí a ocho personas que amaba con todo corazón: mi esposa, mi hija de 10 años de edad, mi suegra, mi cuñada con su hijo y mi concuñada con sus dos hijos, aún no puedo entender esa pérdida de mis seres queridos”, dijo. 

Pincay recuerda que ese día sus familiares se fueron a una fiesta en la urbanización Vivir Bien, ubicada en la calle 5 de Junio de Portoviejo y él y su hijo de 12 años de edad prefirieron quedarse en la casa.

“Cuando comenzó el temblor estábamos con mi hijo en la casa y salimos a la calle, pero después fue más fuerte y nos dimos cuenta de que era un terremoto porque se cayeron algunas casas cerca de la nuestra y de inmediato me acordé de mi esposa y la familia que había ido a la fiesta y los comencé a llamar a los celulares, pero no me salieron las llamadas”, cuenta.

A medida que sigue recordando su voz quiere desmayar y dar paso a las lágrimas. Pero continúa y dice que después del terremoto salió a Portoviejo a buscar a su familia. Llamó a la persona que hizo la fiesta y le dijo que se habían ido 15 minutos antes del terremoto, por lo cual comenzó a recrear en su mente la ruta que su esposa habría tomado en el carro nuevo que recién habían comprado.

“Con mi esposa quedamos de acuerdo en que después de la fiesta se iba a retirar un dinero a la Cooperativa Comercio para realizar compras al siguiente día, por eso presumí que se habían quedado atrapados en la edificación de El Bellaco, de la avenida Manabí o en el de la zonal del IESS, de la calle Pedro Gual”, dijo.

Veinte horas después del terremoto fue localizado el vehículo bajo los escombros del que era edificio del IESS y en el interior del carro estaban los cuerpos de la esposa e hija y los otros familiares políticos de Pincay.

Los cadáveres tuvieron que ser sepultados a primera hora del lunes 18 de abril, por el estado en que se encontraban. 

El dolor se apoderó de Pincay, quien recuerda a su esposa como la mujer perfecta que Dios le prestó para formar su hogar.

Con un nudo en la garganta saca fuerzas y destaca que siempre fue detallista con su esposa, ya que solía llevarle flores cada vez que retornaba a casa. Además fueron ejemplos de valores para sus hijos.

Recordó que el pasado 30 de marzo celebró 20 años de casado con su esposa María Verónica Montesdeoca.

Actualmente el hijo de Pincay, de 12 años de edad, se encuentra en tratamiento psicológico para superar la pérdida de sus seres queridos.

El hombre dijo que él saca fuerzas de flaqueza para superar todo lo sucedido, por lo cual continúa ayudando a su comunidad y otros sectores de Portoviejo, ya que es concejal y el pueblo confía en él.

Aunque confesó que en los momentos en que está solo recuerda y llora a sus seres queridos.