El 16 de abril del 2016, a las 18:58 minutos, los manabitas vivimos el peor día de nuestras vidas. En ese horario sentimos un movimiento telúrico que demoro más de 42 segundos; en la escala de Richter, 7,8 grados: terremoto. Comenzó con un fuerte remezón que pensamos allí iba a terminar, pero no fue así: siguió y siguió, parecía interminable. Momentos terroríficos se vivieron en Portoviejo; todo se caía a nuestro alrededor. Pero con la calma y la fortaleza del caso saqué a toda mi familia al patio de mi casa y esperamos hasta que pasara este fenómeno natural. Se fue la energía eléctrica en segundos y no volvió después de 72 horas (3 días) en mi sector, dañándose toda clase de productos o víveres comprados el fin de semana, nos quedamos sin señal de telefonía convencional y celular, totalmente incomunicados.
Después del terremoto fuimos a ver cómo había quedado el centro, donde se maneja el comercio y la economía de Portoviejo (pulmón económico de nuestra ciudad); cuando lo vi me quedé destrozado, asombrado, estupefacto, sorprendido. No sé qué palabra colocar, pero sí es verdad que me senté en la acera y se me salieron las lágrimas de ver a mi querido Portoviejo destruido, devastado, con más de 60 edificios destruidos. Ver el edificio del IESS, el centro comercial, hotel El Gato, el Pillín, Coop. Magisterio, la Gallada del Chinito, Sindicato de Choferes, Municipio, Mutualista Pichincha, calzado Mariner, etc., etc. Todo nuestro centro, donde circula la economía de Portoviejo, hecho polvo, escombros y un silencio de dolor tenebroso por las noches, la zona cero, catalogada así por los expertos y por el terror que vivimos en ese día macabro que nunca vamos a olvidar el 16 de abril, a las 18:58.
Dolido, golpeado, pero no caído, comenzamos a levantarle la autoestima a nuestra gente, por el medio que yo laboro, en radio Scandalo 103.7 FM. Se hicieron presente nuestras autoridades, en el ECU 911 el Ing. Agustín Casanova (alcalde de Portoviejo), Ing. Mariano Zambrano (prefecto), y la Ing. Susana Dueñas (gobernadora); y después a nivel nacional presidente, vicepresidente y ministros. La ayuda llegó de todas partes del Ecuador, llegó equipo caminero pesado, postes, cables, transformadores, grúas, volquetes, etc., también llegaron los compatriotas de otras partes del país, así como los topos de México, rescatistas de Perú, Bolivia, Venezuela y otros países, para sacar a nuestros seres queridos de entre los escombros de la debacle del terremoto.
Quiero reconocer el trabajo incansable del ECU 911 y todo su equipo, los técnicos y obreros de la Cnel y a sus directivos por restablecer la energía de poco a poco en los sectores de la provincia y de igual manera se restableció el agua potable en 24 y otros en 48 horas, abasteciendo a los diferentes sectores de la ciudad, pues son elementos muy importante para el ser humano. Quiero agradecer en nombre de nuestro pueblo por toda la ayuda dada.
