Es así como lo indicó Laura Cedeño, una portovejense de 74 años, quien agregó a causa del terremoto no tiene ni para comer.
“Una de las paredes se cayó en donde estaba mi cocina. Aún tengo fuerzas para cocinar, pero no tengo en dónde hacer ni un caldito”, indicó.
Su vivienda está ubicada en las calles Robles y Tennis Club. Allí vive con su hijo con discapacidad y con su madre de 95 años.
“No me quiero ir de allí. Allí tengo todos mis recuerdos”, dijo entre lágrimas.
Espera la ayuda de las personas de buen corazón. “Así sea con una cocineta de dos hornillas. No tengo ni para comer”, concluyó.
Según informe de la Secretaría de Gestión de Riesgos, hasta ayer se registraban en Portoviejo 133 personas fallecidas y cinco personas desaparecidas. El reporte también indica que por el terremoto más de 30 mil personas están albergadas y cerca de 113 ciudadanos fueron rescatados con vida.