Freddy Sánchez, gerente de la Epmapa, asegura que el nivel de turbiedad de las aguas que llegan a la planta de tratamiento impiden que esta trabaje con normalidad limitando la distribución de 1.000 litros por segundo a 250 litros por segundo.

Afectaciones. “Todos los sectores a los que abastecemos de agua están afectados”, dijo Sánchez, quien agregó que mientras persistan las lluvias la planta no podrá trabajar regularmente y el desabastecimiento del líquido vital seguirá. 

Los trabajos de limpieza de las piscinas de la planta de captación, ubicada en el kilómetro 18 de la vía Santo Domingo-Unión del Toachi, son constantes. 

El 5 de enero cuando apenas empezaba el año la planta sufrió su primer colapso en la época invernal.

Desde esa fecha hasta hoy el único sistema de captación de agua de la ciudad queda inhabilitado con cada lluvia.

El último colapso se registró el sábado 30 de abril, cuando el servicio empezaba de a poco a ser reestablecido tras tres días de para por la emergencia en Alluriquín. 

El pasado 25 de abril, el mayor daño se registró en la rotura de la tubería principal de conducción de 630 milímetros que es indispensable para recuperar el caudal de agua potable.

Medidas. Los constantes daños han obligado a que los moradores del sector 5 de la cooperativa Santa Martha vuelvan a abrir sus pozos para poder dotarse del líquido.

Bertha Salinas, moradora, indicó que otra opción es aprovechar el agua de la lluvia para llenar los tanques.

“Por aquí no tenemos agua desde hace una semana”, indicó.

Mientras que Bernardo Ramírez, de la Ciudad Nueva, tiene siete días esperando que llegue el líquido.

El alcalde Víctor Manuel Quirola, aseguró que los estudios para construir plantas de captación en otros afluentes como el Malicia y Baba, están en proceso.

El 2 de julio del 2015, en la sesión solemne el Banco del Estado concedió un préstamo para el financiamiento de la construcción del muro de gaviones para la protección del acceso a la planta de agua potable del río Lelia.