Actualizado hace: 950 días 9 horas 5 minutos
CIVILIZACIÓN
Yumbos religiosos

Los yumbos, una civilización anterior a los incas, tenían una forma especial de enterrar a sus muertos.

Martes 26 Abril 2016 | 03:00

 Empezaban el ritual  funerario en el centro del pueblo, luego llevaban el cuerpo en una camilla hecha de caña y tejida con hojas de palma en procesión por todo el pueblo, hasta llegar al lugar preparado para el entierro, señalan investigadores.  

Allí se escuchaban rezos como “Pachamama, recibe a este hermano de nosotros. Taita Inti, cuídale en su viaje”, agregan.
Esta civilización se asentó en Ecuador por el año 800 después de Cristo, en el noroccidente de Quito.
 
> Vestimentas. Para el ritual, los asistentes debían estar vestidos de blanco, con artesanías locales en sus cuellos, y el más anciano del pueblo llevaba entre sus manos una especie de bastón de caña con su mano derecha y caminaba junto al cacique. Detrás de ellos iban las mujeres y los familiares del fallecido. 
El cacique hacía sonar el tambor y los comuneros iniciaban con sus cantos y lamentos. 
La ceremonia siempre era a las 12h00, porque ellos creían en las deidades. A esa hora el Sol se muestra con más fuerza, por eso todos los entierros se realizaban a esta hora. El cuerpo era ofrecido a ese astro.
Al terminar el homenaje, se cubría el cuerpo con las amplias hojas de palma y la tierra empezaba a caer sobre el cadáver envuelto de vegetación. Mientras, los cantos no paraban.
El antropólogo Dimitri Peñasco dijo que los yumbos creían en la vida después de la muerte, por eso enterraban a sus muertos acostados con la cara hacia arriba, los brazos cruzados sobre su pecho y su cabeza orientada hacia el centro de la ceremonia. 
Rodrigo Erazo, arqueólogo, señaló a EFE que “el agua era, en la cosmogonía de los yumbos, la fuente de toda vida, como lo demuestra el que hayamos encontrado siete piscinas con escaleras descendentes en las que se desarrollaban los principales actos religioso de iniciación, purificación y fertilidad”.
En el 2004 un grupo de arqueólogos en Quito descubrió abundantes restos de elaborada cerámica y unas dos mil tolas, pirámides truncadas de hasta 20 metros de altura formadas con acumulación de materiales y provistas de rampas y escalones, que servían para determinar el control del territorio y la jerarquía social de sus ocupantes.
Según Holguer Jara, otro de los especialistas que participaron en las excavaciones, “la religión de los yumbos trascendió la fase animista de culto a los animales y fuerzas de la naturaleza, ya que la interpretación de los petroglifos encontrados demuestra que concibieron conceptos abstractos como dios hecho hombre y hombre transformado en dios”. También elaboraron, a partir de la observación de la Luna y el Sol, concepciones profundas sobre “la complementariedad de los opuestos y la alternancia en la naturaleza de las fuerzas preponderantes”. 
“Al igual que en otras culturas andinas, creemos que los chamanes y sacerdotes de los yumbos utilizaban ayahuasca, coca y otras sustancias psicotrópicas en sus rituales de comunicación con las deidades”, dijo Erazo. 
A pesar de su elevado nivel de religiosidad, los yumbos, que llegaron a ocupar una amplia superficie con unas 700 mil personas repartidas en los valles al noroeste de Quito, hasta las faldas del volcán Pichincha, eran básicamente un pueblo agrícola y comerciante, lo que les permitió sobrevivir a la invasión de los incas, que los subordinaron a su poder, como lo demuestra una piscina elevada que construyeron por encima de las de los yumbos, y que suministraba agua a todas las demás.
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
  • ¿Qué te pareció la noticia?
  • Buena
  • Regular
  • Mala

Más noticias