El terremoto que sufrimos, simultáneamente nos produjo un natural terror por todo lo que estas letras no pueden describir.

Ahora, a quienes sobrevivimos, transmito algunas ideas que podrían ayudarnos a enfrentar el indefectible futuro, coincidiendo en que antes que acometer todo lo que necesita el diario vivir, en nuestra intimidad meditemos sobre lo ocurrido, para  convencernos de la insignificancia del ser humano ante el poder de la naturaleza, y según el credo, fe o creencia religiosa que cada quien profese, igualmente ante la divinidad. 

Los humanos realmente somos nada, pero a la vez somos todo en este planeta.

Por ello no nos debemos abandonar a lo impredecible; al contrario, como en el diario sobrevivir lo hemos demostrado, especialmente en esta provincia de Manabí, donde hemos vencido sequías, sed y otros avatares, esta vez, igualmente, inspirados en el ejemplo de quienes nos precedieron y el deber hacia quienes de nosotros dependen, enfrentémonos valientes a la dolorosa realidad.

Con inteligencia y entereza escamotearle al destino un poco de felicidad.

Para ello requerimos de la unidad de este pueblo, porque solo así, unidos, obviando diferencias de toda clase, venceremos al destino; y como lo he manifestado, cada quien renunciando a sus apetitos, coincidiendo con los otros, procuraremos el bien  común, el de toda esta sociedad que nos rodea, ya que sin ella individualmente no existimos. 

Traigo a colación la máxima que siempre expongo en este espacio: “Somos lo que es la sociedad en que vivimos”; ahora somos una comunidad e individuos aterrados y traumados por lo que hemos vivido desde el pasado sábado 16.

Para superar esto, a más de la unidad entre todos los habitantes, debemos plantear creativas medidas a quienes nos gobiernan.

Una de estas debería ser que consideren que las zonas afectadas de Manabí y Esmeraldas sean declaradas Zonas Económicas de Desarrollo Especial-ZEDE-, para con los incentivos existentes en la Ley y los que se deberían agregar por la emergencia poder reactivar estas azotadas comunidades, lo que afianza inversiones y creación de empleo. 

Esto no es nada nuevo, así progresaron regiones en tierra de nuestro prestamista, el que verdaderamente fue un imperio, China. Juntas, las autoridades de Manabí y Esmeraldas deben plantear y hasta exigir a Carondelet la implantación de esta herramienta, la misma que hace años fuera elaborada por la manabita Nathaly Celi e incluida en el Código de la Producción.