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Manta... 3 ríos y un problema

La contaminación en los ríos de Manta ha disminuido, según las autoridades, sin embargo nuevos problemas han surgido y otros se mantienen.

Domingo 20 Marzo 2016 | 04:00

De acuerdo con registros de la Empresa Pública Aguas de Manta (EPAM), hasta hace tres años las fábricas descargaban sus aguas residuales directamente al cauce del río Muerto. Esto generaba daños ambientales en la playa de Los Esteros y olores desagradables.
En el 2013 las descargas de 15 industrias fueron conectadas al sistema hidrosanitario de la ciudad y tres decidieron tratar sus aguas en la empresa privada  Irotop, para luego descargarlas al mar.
Hasta allí el problema parecía estar solucionado, salvo porque el agua de las industrias tiene un alto contenido de cloruro, una sustancia que al llegar a las lagunas de oxidación retrasa el proceso de descomposición o tratamiento de las aguas negras de la ciudad. También impide que el agua sea reutilizada en riego.
Paúl Macías, técnico ambiental de la EPAM, manifestó que debido a estos problemas analizan la posibilidad de que todas las descargas de las empresas sean tratadas por Irotop. “Esto se haría en una alianza público-privada, porque el agua iría al mar y allí el cloruro no causa problemas. El tema está en análisis”, expresó.
El río Muerto tiene siete kilómetros de recorrido y nace como una quebrada en Montecristi. Se alimenta de las descargas domiciliarias y aguas residuales de empresas en ese cantón y al final desemboca en la playa de Los Esteros.
Viviana Palma lleva 20 años habitando en este sector. Su casa está a dos cuadras del cauce.
Ella señala que aún se puede observar aguas residuales corriendo por el afluente, “lo que causa un olor a podrido insoportable. Lo que siempre me pregunto es por qué si este río es de invierno siempre tiene agua sucia”, expresó.
Es que en el río Muerto las descargas de las empresas terminaron, pero aún hay conexiones clandestinas y en ocasiones las roturas de los colectores que pasan por su cauce, como el ocurrido el año pasado en el sector El Palmar, les recuerdan a sus vecinos que el problema sigue vivo.

>  lleno de basura.   A unos 800 metros de la desembocadura del río Muerto, su hermano, el río Burro, termina un recorrido de seis kilómetros.
En este trayecto recoge descargas domiciliarias y una gran cantidad de basura que, según la EPAM, genera graves problemas. 
El río tiene dos colectores que reciben las aguas servidas de al menos 50 barrios. 
Nace a un lado de la vía Circunvalación, en la jurisdicción de Montecristi, y es alimentado por varias quebradas, una con cinco kilómetros de recorrido.
María Bazurto vive a un lado de este río, en el barrio Jocay. Dice que está pensando en cambiar de casa, los médicos le recomendaron aquello, porque su madre está enferma y el ambiente en el que vive afecta su salud. “Yo alquilo en este lugar, pero ya estoy buscando otro sitio”, indicó.
Según Renato Medranda, director del Departamento de Ambiente del municipio, de los tres ríos, el que causa más inconvenientes es el Burro.
Asegura que la gente arroja basura, lo que colapsa el alcantarillado y retiene el agua, descomponiéndola y causando malos olores. “Cada mes limpiamos todos los ríos y desbrozamos para evitar problemas en caso de lluvias, pero en este se nos hace complicado por todo lo que hay que sacar, hasta animales muertos”, expresó.
Este inconveniente es causado, según Medranda,  porque de los tres ríos, el Burro es el único con una mayor     cantidad de asentamientos humanos.
Incluso en el 2012 se desbordó debido a una fuerte lluvia que cayó en la ciudad y su estrecho cauce.
En enero de este año, según datos de la EPAM, 150 conexiones clandestinas fueron detectadas en el afluente. Algo que, señalan, ya no sucede con los otros ríos.
Laura Triviño vive en el barrio San Pedro. Allí, justo en la calle 311 y avenida 206, se puede observar basura acumulada en el cauce.
Ella dice que este problema es frecuente. “Incluso hay personas que vienen de otros sectores a dejar las fundas por aquí y hasta bravas se ponen si les decimos algo”, señaló.
La moradora dice que las autoridades deberían hacer algo para solucionar el problema. Ella sugiere sanciones para los que arrojen basura.
 
>  de colores.  En el barrio Miraflores, justo bajo el puente de Tarqui, el río Burro se junta con su otro hermano, el río Manta.
Éste nace en las montañas de la zona rural de la ciudad  y realiza un recorrido de 12  kilómetros, es decir el doble que los otros ríos.
Es un afluente que tiene un cauce ancho, lo contrario del río Burro, y termina en la playa de Tarqui.
Raúl Castro, médico de la Fundación Río Manta, manifestó que la contaminación ha disminuido en este afluente y con ello las enfermedades.
“Antes había muchos casos de parasitosis, dolencias gastrointestinales y respiratorias, ahora sólo tenemos casos comunes, lo normal por la temporada invernal”, expresó.
La fundación brinda atención a moradores de sectores como San Antonio, 15 de Septiembre, 4 de Noviembre, 5 de Junio, 8 de Enero, La Ensenadita, Miraflores, Bellavista y Riberas del Río. Por todos estos barrios pasa el río Manta.
Castro señaló que estos cambios se han dado por las campañas de concienciación y limpieza que realiza la Fundación Río Manta en todos estos lugares.
“Siempres los promotores de salud les están diciendo que no arrojen basura al río, que se conecten al sistema sanitario, y eso ha dado resultado”, expresó.
En el barrio 8 de Enero, Luciola Palma barre la vereda frente a su casa y confirma lo dicho por el médico. Ella comenta que el único problema en el afluente es la mala imagen que generan las aguas de colores que salen de las lagunas y van a dar al mar. “Además el líquido se empoza y en las noches los mosquitos nos quieren llevar en peso”, añadió.

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