Actualizado hace: 937 días 19 horas
CHONE
Despiden a las víctimas de accidente

Omar Antonio Moreira Andrade (56), una de las víctimas del accidente de un bus de Carlos Aray, fue sepultado la tarde de ayer.

Jueves 11 Febrero 2016 | 04:00

 El cuerpo de Moreira fue velado en primera instancia en el cantón Bolívar, por pedido de su madre, y la mañana de ayer fue trasladado hasta la sala de velaciones San Vicente de Paúl, en Chone.

Cerca de las 16h00, sus restos fueron llevados al cementerio Sagrado Corazón de Jesús de Chone.
El accidente en que perdió la vida Moreira ocurrió la noche del lunes, en la vía Machalilla - Puerto López, cuando el bus #65, de placa MAS-979, perdió pista, chocó con las barandas de un puente en el sitio Agua Blanca y cayó de una altura aproximada de 8 metros, según informó el sistema ECU-911.
A causa del percance también murió Jhon Kennedy García Zamora (41) y quedó herido Oscar Antonio Moreira García (21).
Los tres viajaban en el bus.
Oscar Moreira se encuentra estable y fue llevado a Santo Domingo, dijeron sus familiares.
Pedro Zambrano, amigo de Omar, dijo que éste tenía trabajando en la cooperativa Carlos Aray unos 15 años.
Zambrano relató que él fue quien llevó a Moreira a trabajar y su primer viaje lo hicieron en el bus #45 y desde ese momento se convirtió en un eficiente trabajador.
Familiares y amigos aseguraron que era un hombre carismático. “Siempre nos arrancaba una sonrisa, era muy ocurrente y en el rato menos pensado salía con alguna broma”, mencionó Byron Solórzano, su hermano.
Quería tener su casa. Hasta la tarde de ayer familiares de Jhon García no sabían dónde sepultarían el cadáver de su pariente, que fue velado en el sitio Cañales, en la vía Chone-Canuto.
Su hermano Francisco García dijo que uno de sus sueños era culminar su casa de madera. Allí  fue velado.
La vivienda quedó inconclusa, añadió.
Agregó que Jhon había decidido trabajar, incluso en feriados, para reunir dinero para terminar su casa.
Entre lágrimas mencionó que su hermano era muy querido por sus compañeros y por quienes lo conocían, ya que no solo trabajó en la cooperativa Aray sino también en otras compañías de transporte de pasajeros y de carga pesada.
Señaló que Jhon tenía cuatro hijos y recientemente era abuelo, y “a su nieta la adoraba con el alma”.
 
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